Los pequeños inversores de Bankia han recibido este miércoles una excelente noticia: tras cinco años, recuperarán su inversión con un pequeño interés. Bankia ha decidido, con el beneplácito de su mayor accionista –el Estado, a través del FROB- ,restituir su inversión a los pequeños accionistas.
El Tribunal Supremo había abierto el camino con una sentencia que anulaba la adquisición de acciones de dos inversores minoristas en la salida a Bolsa en 2011 por el denominado “error de consentimiento”. Dicho de otra manera, una suerte de engaño a los clientes de Bankia que concurrieron a la salida a Bolsa de la entidad.
Bankia, con la aceptación de su mayor accionista, el Estado, ha tomado en realidad una doble decisión: no pagar a los bufetes de abogados y devolver la inversión de los aproximadamente 200.000 inversores pequeños que concurrieron en el tramo minorista en la salida a Bolsa. Mientras los inversores parecen relativamente satisfechos, a pesar de la pérdida de intereses, los bufetes especializados se alarman ante una evidente pérdida de negocio.
Bankia devolverá lo invertido, y poco más de cuatro euros de intereses por cada cien aportados. Es cierto que cualquier inversión en Bolsa en aquel año hubiera supuesto una pérdida de un 10%; también lo es que, en este periodo, el tipo de interés del dinero hubiera generado un beneficio de 16 euros por cada cien invertidos.
El segundo ahorro que genera Bankia es el de la factura de costes judiciales. Los expertos estiman entre 500 y 800 millones de euros las costas que, con los litigios en marcha, habrían de pagar a los abogados de los inversores en litigio. No sorprende por ello que los portavoces de los principales bufetes afectados hayan manifestado sus reparos ante el procedimiento. De hecho, desde el momento en que se hizo pública la decisión advierten de que los juzgados están dando mayor interés que el 1% ofrecido por la entidad.
Un procedimiento que será rápido -no menos de quince días, después de la solicitud- y que se abonará con cargo a las provisiones que la entidad había destinado a consecuencias de los litigios que la anterior cúpula, encabezada por Rato, había dejado abiertos. Como se sabe, las provisiones -cerca de 1900 millones de euros- se cubren a costa de los beneficios de los accionistas, es decir, del Estado, y los impuestos de la ciudadanía.
«Oferta imbatible»
Tres reflexiones ha abierto esta decisión de Bankia que José Sevilla, Consejero Delegado de Bankia, ha calificado de “oferta imbatible”.
La primera se refiere a si las provisiones cubrirán los 1.855 millones que en su día fueron aportados por los inversores minoristas. En segundo lugar, los inversores institucionales ya estudian si la vía abierta por el Supremo es aplicable no solo al pequeño accionista, sino a todos: al fin y al cabo, los vicios de mercado no dependen del tamaño de la inversión, como señala el Código Mercantil.
Por último, vuelve a plantearse la duda, como en el caso de las preferentes, de si se trata de ahorradores o de inversores.
La Unión Europea mantiene el criterio de que los accionistas asuman el coste de las crisis de sus inversiones –este es el criterio aplicado a las recientes dificultades del Deutsche Bank- ; en este criterio, el rescate se destina a los depósitos y no a las inversiones. Si la Unión Europea no aceptara este rescate de accionistas, por muy pequeños que sean, la entidad se vería en dificultades adicionales.
El rescate de los pequeños accionistas corre, en realidad, por cuenta de los 22.424 millones de euros de capital público con el que se rescató Bankia. La entidad, en un año en el que sigue trabajando por la definitiva reprivatización, se quita de encima un coste que pudiera desanimar a futuros inversores.