martes, septiembre 24, 2024
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La pelea entre productores del petróleo anticipa otra bajada de la gasolina

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La reunión de Doha ha concluido sin un acuerdo para que los países de la OPEP congelen su producción de petróleo. La realidad se ha impuesto. El denominado ‘oro negro’ ha abandonado el lucroso estatus de oligopolio, pese a las reticencias de algunos países, para asumir un nuevo camino hacia un mercando en competencia. Y como suele ocurrir cuando se cambia un oligopolio por un mercado en el que reina la competencia, el mayor beneficiario es el consumidor.

Había muchas esperanzas en un posible acuerdo pero tras su frustración el precio del barril de Brent ha caído de manera violenta, por encima del 6%. Al final de la jornada, el precio se ha recuperado gracias a que la huelga de trabajadores en Kuwait ha reducido la producción de petróleo del país en casi 1,1 millones de barriles al día.

Un parche temporal que no cambia el escenario reinante de exceso de oferta (se calcula que es cercano a los dos millones de barriles) y la fuerte pelea por mantener cuotas de mercado, que el economista Daniel Lacalle denominó acertadamente en uno de sus libros como ‘La madre de todas las batallas’.

La pelea es evidente, nadie quiere ceder y unos buscan destruir a otros. Los países como Rusia, Iraq o Arabia Saudí producen a niveles de máximos históricos, Estados Unidos exporta petróleo por primera vez en décadas y otros como Irán aumentan la producción de manera vertiginosa. El resultado es obvio: petróleo barato.

A ese precio los grandes competidores de la OPEP, en especial los que utilizan la técnica del fracking, no son rentables y eso ya ha provocado la quiebra de 100 empresas. En este ámbito parece que la OPEP podría tener ventaja pero no es así: por un lado, enchufar y desenchufar un pozo petrolífero de fracking es bastante rápido. Por otro lado, la tecnología avanza de manera rápida y cada vez es más rentable extraer petróleo a menores precios. Por último, la misma OPEP tampoco es rentable a esos precios como se ha visto en los desequilibrios presupuestarios en Rusia, Arabia Saudí o en especial Venezuela.

Adiós al negocio del siglo

Pocos negocios han sido más rentables a lo largo del siglo XX y XXI que la extracción de petróleo. Ahora la situación parece haber cambiado de manera drástica. No solo se trata del fin del oligopolio sino también del avance del mundo hacía un abandono de la utilización del crudo. En especial, a través de tres vías: En primer lugar, por el papel jugado por la eficiencia, que ha ahorrado en consumo durante los últimos años un millón de barriles al día, según la Agencia Internacional de la Energía (IAE). En segundo lugar, por el uso de alternativas al petróleo, por ejemplo en el sector del transporte, dónde las empresas han desarrollado cerca de diez motores distintos para funcionar sin petróleo. Por último, las medidas políticas a través de subvenciones o de medidas que apoyan las nuevas tecnologías.

En el medio o largo plazo el negocio del crudo no reportará los ingentes beneficios de antes. Por ello, algunos países ya se han puesto manos a la obra antes de que no haya marcha atrás. Arabia Saudí privatizará casi un 5% de su petrolera estatal, Saudia Arabia Oil Company  (Aramco). Se trata de la mayor empresa de petróleo del mundo, además de ser la propietaria de la mayor red de hidrocarburos del mundo (Master Gas System). Los fondos irán a parar al Public Investment Fund (PIF) y convertirán al fondo saudita en el mayor del mundo.

“La salida a Bolsa de Aramco y la transferencia de sus acciones al PIF técnicamente haría que la fuente de ingresos del Gobierno fueran las inversiones, no el petróleo” explicó el príncipe Mohammed bin Salman en una entrevista a Bloomberg.

El objetivo de Arabia Saudí es claro, el potencial de inversión del PIF debería suplir los ingresos que ahora da el petróleo para cuadrar las cuentas en un futuro. “Lo que queda es diversificar las inversiones. Así dentro de 20 años seremos una economía o Estado que no depende principalmente del petróleo”, explicó el príncipe al medio económico.

El precio podría caer un 30% en diez años

El negocio de la producción de crudo seguirá siendo un negocio importante en el futuro, pero no a los niveles a los que se habían acostumbrado los países de la OPEP. La llegada del fracking, el avance de la tecnología y los compromisos de descarbonización del planeta ponen en entredicho la evolución positiva de los ingresos por el petróleo.

La Agencia Internacional de la Energía (IAE) estimó que el petróleo pueda perder hasta un 30% de su precio estimado en 10 años. En el informe ‘World Energy Outlook’, presentado en 2016, prevé que el valor del barril de petróleo en 2025 esté por debajo de los 60 euros, frente a los 90 euros que se preveía anteriormente.

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