Mariano Rajoy, José María Aznar, Cristóbal Montoro, Esperanza Aguirre, Ana Pastor o Cristina Cifuentes. Nombres propios del Partido Popular que comparten prácticamente las mismas ideas políticas excepto una, la económica. No difieren en su discurso al defender que el PP es un partido conservador, de derechas o democristiano, sí existen diferencias en su idea de cómo funciona la economía en España y por tanto las medidas que deben tomar en materia de política económica.
En el basto mundo de la economía existen un sinfín de teorías y explicaciones en la interacción de los distintos agentes económicos. La distinción más clara y conocida se da entre izquierda y derecha, pero dentro de cada rama existen múltiples matices y diferenciaciones que incluso enfrentan a los de la derecha con la derecha y a los de la izquierda con la izquierda. Quizá en la última, en la izquierda, sea la más evidente. Las medidas que intelectuales socialdemócratas plantean, que respetan el libre comercio con intervención del Estado, no son válidas para otros sectores más radicales que se oponen al libre intercambio. Un ejemplo claro es el enfrentamiento entre PSOE y Podemos.
Desde la publicación de la ‘Riqueza de las Naciones’ y el famoso concepto de la mano invisible acuñado por Adam Smith, la economía de derechas o liberal se ha diversificado en distintas vertientes. En el liberalismo más puro o el influenciado por la Escuela Austríaca, creado por Ludwig Von Misses y perfeccionado por el Nobel Friedrich Hayek, se cree firmemente en que la interacción del Estado con la economía debe ser mínimo, el mercado se regula solo. José María Aznar o Esperanza Aguirre siempre han sido los baluartes en el PP de la teoría austríaca.
El liberalismo de Hayek, que durante muchos años se enfrentó en los círculos académicos con John Maynard Keyness, no es el único imperante. Frente a ese liberalismo austríaco defendido por Aguirre o Aznar, aparece otro tipo de políticas económicas desarrolladas por economistas más técnicos. La tesis es conocida y la actualmente imperante en el PP, se trata de aquella que defiende la libertad de mercado pero cuando la economía se resiente son partidarios de llevar a cabo políticas públicas.
El presidente, Mariano Rajoy, junto a sus ministros más cercanos como Soraya Sáenz de Santamaría, Jorge Fernández Díaz o Ana Pastor responden a este tipo de ideología. Las políticas llevadas a cabo por el Gobierno de Rajoy: aumento de impuestos, lenta reducción del déficit e incumplimientos reiterados, la reforma laboral por debajo de lo pedido desde Bruselas o las inversiones públicas en infraestructuras. Ponen de manifiesto una ideología distinta que el propio Mariano Rajoy manifestó públicamente en 2008 cuando invitó a “marcharse del partido a los liberales”.
La pugna entre unos y otros
La pelea entre Aznar y Montoro no es la única entre las dos ideologías reinantes en el partido. El expresidente siempre se ha mostrado muy crítico con las medidas del Ejecutivo de Rajoy, centrando en ocasiones sus ataques frente al mandatario. La respuesta del presidente no se hizo esperar y cerró el grifo de subvenciones a FAES, la asociación liberal dirigida por Aznar.
Aguirre ha sido otra de las que más ha criticado al Gobierno y su relación con Rajoy se rompió hace tiempo. En la Convención Nacional del PP en Valladolid en 2014 no dudó en lanzar varios dardos al ministro de Hacienda después de acometer una de las mayores subidas de impuestas en la historia de España. Las medidas tomadas por Montoro “no son liberales”, subrayó Aguirre y bromeó sobre el espíritu socialdemócrata del ministro. La expresidenta de la Comunidad fue a más al ironizar sobre la ausencia de Montoro el día de clase que se estudiaba la curva de Laffer, que dice que una subida de impuestos reduce la recaudación tributaria.
Las nuevas generaciones mantienen la pugna
Entre las nuevas caras que asoman en la política del PP se mantienen esa diferenciación entre unos y otros. Por el lado austriaco aparecen jóvenes como el vicesecretario general del PP, Pablo Casado, u otros menos jóvenes pero en ascenso en el partido como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. La madrileña se afilió a Alianza Popular allá por 1980 y ha seguido los pasos de Esperanza Aguirre de la que fue secretaría ejecutiva entre 2004 y 2008 y siempre se ha mostrado como liberal en lo económico.
Por el otro lado, Casado aparece como el ‘hijo predilecto’ de Aznar. El palenciano nunca ha escondido su ideología liberal austríaca y siempre se ha mostrado partidario de recomendar la lectura de ‘Camino a la Servidumbre’, una de las obras clave de Hayeck y del liberalismo austríaco que le valió el Nobel pese a su reducida extensión. Frente a ellos, otros nombres como Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Maroto o Antonio Maíllo siguen los pasos del presidente del partido con perfiles más técnicos y menos liberales ‘puros’.