martes, septiembre 24, 2024
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La patronal anuncia la economía ‘gig’

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Hasta hace poco, el único 'gig' conocido por el ciudadano común era el de ese músico de su barrio que vive de los “bolos” que hace en verano. Este era el significado de 'gig': una palabra con origen en los cantantes de jazz, que alude a la fórmula de vivir de trabajos artísticos ocasionales. Sin embargo, desde hace un par de años, este vocablo nombra también un comportamiento en el mercado de trabajo: gente que trabaja unos pocos días a la semana o al mes en pequeños trabajos o encargos.

Un numero creciente de personas han empezado a participar en este mercado. Se alquila un cuarto a turistas, se diseña una página web en casa, se alquila como taxista (Über), paseando perros o, mas castizo, haciendo de camarero el fin de semana… Economía 'gig',  economía de los bolos, economía por encargo.

Lo que antes eran breves contratos propios de las actividades artísticas se ha extendido no solo a la hostelería sino a la sanidad, el comercio, la administración o la industria.

Para los expertos, la discusión actual en torno a esta fórmula es si se trata del retorno a la explotación laboral o de una innovación. Para los optimistas, promete un futuro de empresarios capacitados e innovación sin límites. Para los detractores, presagia un futuro privado de derechos laborales y la búsqueda compulsiva de un pedazo de trabajo a destajo.

Llámese emprendedor, autónomo, 'freelancer' o, simplemente, economía sumergida, el mercado de trabajo español también ha recibido la economía 'gig' aunque, probablemente, más castiza; es decir en forma de poco deseables actividades sumergidas antes que en innovadoras fórmulas de negocio tecnológico del llamado colaborativo, aunque estas, sin duda, también han empezado a proliferar.

El presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, ha afirmado que “el empleo fijo, seguro es un concepto del siglo XIX”. En realidad, del siglo XIX proceden el trabajo infantil esclavo y las jornadas extenuantes. El empleo fijo y seguro es más tardío y procede del desarrollo del estado del bienestar que, en realidad, es lo que parece impugnar Rosell.

Lo de “ganarse el empleo todos los días” no es cosa del futuro como ha dicho Rosell, sino el  presente de muchos trabajadores y trabajadoras. Tres de cada diez contratos de los firmados el pasado mes de Abril son inferiores a 7 días, según las estadísticas de los servicios público de Empleo. Casi medio millón de personas se regularizan con estos minicontratos; las que permanecen sumergidas son muchas más.

Carta blanca a las empresas

La cuestión es que la patronal anuncia la extensión de la economía 'gig'. CEOE pide carta blanca para las empresas para dar toda la flexibilidad posible a la contratación. El pasado jueves proponía la supresión de toda limitación a los contratos temporales Este tipo de trabajo se produce, además, en un contexto de reducción salarial; en consecuencia, tiene efectos notables sobre la carrera de pensiones de la gente y sobre la sostenibilidad misma del sistema de jubilación.

En suma, estos factores, rentas ocasionales, nivel salarial, poco carrera de pensiones, tendencias a la economía irregular, son los que determinan la apertura española a la economía 'gig'.

Los partidos políticos le han visto las orejas al lobo y ya diseñan propuestas para un escenario que potencia la tendencia que hemos descrito. Ya no se pretende legislar sobre el trabajo sino sobre su ausencia.

La suma de caída salarial y de trabajo ocasional conduce necesariamente a la perspectiva de trabajadores pobres, lo que se vincula a las propuestas de rentas mínimas que han aparecido en los programas electorales. En la medida que los programas garanticen mayor subvención pública, mayor será la tensión hacia el trabajo ocasional e irregular, que complete la renta.

Renta básica

EL PP mantiene la política que ha promovido la economía 'gig'. Podemos propone una renta básica que, al dejar de ser universal, pasa a ser como el ingreso mínimo vital del PSOE.

Los programas tampoco incluyen notables estrategias de crecimientos salariales. El complemento salarial de Ciudadanos para las rentas más bajas deja el salario justo por debajo de mil; 900 es lo que pone Podemos para su complemento a las familias y 900 es el salario que Garzón quería para sus empleos públicos antes de asumir el programa de Podemos. Algo menos de 900 es lo que Pedro Sánchez pone a su salario mínimo.

Con este nivel salarial y una tendencia al trabajo ocasional del 25% de los contratos, son evidentes las tensiones en materia de sostenibilidad del sistema de pensiones. EL PSOE parece ser consciente de la cuestión y ha añadido en su programa un impuesto especial para la financiación de la seguridad social.

A la patronal le va la economía 'gig' y los partidos solo pretenden ablandarla. Una creciente parte de nuestra población laboral vivirá “haciendo bolos”, pequeños encargos que le ocuparan unos días al mes.

Miguel de la Balsa

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