Las familias españolas ingresaron algo menos el pasado año que en 2014, según la Encuesta de las Condiciones de Vida correspondiente al año 2015, que hoy ha hecho pública el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Eso se ha traducido en un ligero aumento del ingreso medio por persona que redujo el porcentaje de población en riesgo de pobreza en un inapreciable 0,1%, situándolo en el 22,1% de la población española.
Este riesgo de pobreza queda patente en cifras como que el 6,3% de la población española vive en situación de carencias severas y que el 15% de la población vive en hogares con baja intensidad en empleo.
Como puede observarse, la persistencia de estos porcentajes no son consistentes con el crecimiento económico en el mismo periodo. Entre la primavera del 2014 y la del 2015, fecha de realización de las encuesta, el PIB creció a un ritmo del 2,6% anual. Dicho de otra manera, el crecimiento del PIB no se diseminaba hacia los hogares españoles.
Las familias monoparentales y los parados y paradas acumulan el mayor riesgo de pobreza. El 37,5% del total de personas que vivían en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo se situaban en riesgo de pobreza en 2015. En relación con la actividad, el 44,8% de los parados estaba en riesgo de pobreza.
Las personas jóvenes son las que más riesgo de pobreza acumulan y son los jubilados, por su parte, los que se resisten mejor la amenaza de la pobreza. SI se considera la dimensión de género, las mujeres tienen una situación levemente mejor que la de los hombres.
En cuanto a las tasas de riesgo de pobreza, las más elevadas se dieron en Andalucía (35,7%), Murcia (31,8%) y Extremadura (29,0%).
Respecto al efecto que la ligera evolución de ingresos tiene sobre las familias, es una leve mejoría de las condiciones en que vivían respecto al año 2014. El 13,7% de los hogares españoles aseguran que llegan a fin de mes con “mucha dificultad”. Este porcentaje era 2,4 puntos menor que el registrado el año anterior, según el INE.
Cuatro de cada diez familias, el 39,4%, no tiene recursos suficientes para afrontar gastos imprevistos y el 40,6% de los hogares no se pude permitir salir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. En ambos casos, supone una mejora respecto a las cifras de 2014, pero en porcentajes poco apreciables.
Miguel de la Balsa