martes, septiembre 24, 2024
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El mercado laboral pone a prueba a los grandes partidos políticos españoles

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El mercado laboral español presenta dos importantes retos que los diferentes partidos políticos abordan desde distintos ámbitos. El primero y más importante, es la necesidad de ayudar a crear empleo. El desafío es importante porque la alta tasa de paro trae aparejada un gran número de problemas para la economía española. El segundo es hacer frente a la alta temporalidad del empleo en España, la tasa de rotación (que mide la entrada y salida de un trabajador del mercado) es de las más altas de la UE y es el doble, o el triple que en otros países.

Además, la tasa actual es engañosa debido a que si se le añaden otro tipo de cómputos como los ‘desanimados’, los disponibles para trabajar que no lo buscan de forma activa o las personas que trabajan a tiempo parcial aunque querrían trabajar a tiempo completo, este porcentaje se dispara por encima del 30%.

Para hacer frente a esos dos problemas, los partidos políticos han preparado una batería de medidas: Algunas, como las propuestas por el PSOE y Unidos Podemos, consisten en fuertes inversiones públicas para crear empleo público y con ello potenciar al consumo interno y la economía española. Otras buscan reducir la fuerte dualidad del mercado al introducir nuevas figuras, como el contrato único de Ciudadanos. El Partido Popular ve más conveniente otorgar descuentos en las cotizaciones sociales para fomentar los contratos indefinidos.

Creación de empleo

Al igual que ocurre con casi cualquier otro aspecto político, las medidas para reducir de manera rápida el alto desempleo son contradictorias. El PSOE y Unidos Podemos creen que es necesario cebar la bomba pública para que la economía pueda alcanzar velocidad de crucero. En este aspecto el partido más ambicioso es el morado, que propone una fuerte inyección de dinero, cerca de 90.000 millones. Además, tras absorber a IU también contempla la posibilidad de crear un millón de empleos públicos. El plan del PSOE es menos pretencioso, aunque también propone la creación de empleo público, en este sentido los socialistas proponen gastar hasta 3.300 millones para crear 217.000 “empleos de transición” dirigidos en especial para mayores de 45 años.

Por su parte, el Partido Popular cree que no es necesario aumentar el gasto público y propone una reducción de impuestos para aumentar la renta disponible de los españoles. Con ello, se aumentaría la demanda interna y con ello el empleo.

El problema de las medidas de unos y otros es el mal estado de las cuentas de España y sus compromisos con Bruselas. Aún así, en 2015 y 2016 España es el segundo país de toda Europa que más empleo crea después de Turquía. Pese a ello, ni las previsiones más optimistas (las del Gobierno o el Fondo Monetario Internacional) prevén que la tasa de paro baje del 15% en el próximo lustro.

Contra la temporalidad del mercado

Para acabar con la alta temporalidad y que no haya ganadores y perdedores no hay trucos mágicos. La medida que más recelo político ha levantado es el contrato único propuesto por Ciudadanos. La manera en que lo detalla la formación naranja resulta algo escueta respecto de lo que debería llevar aparejado una medida de este calibre. No aparece una especificación para los tipos de contratos de formación, tampoco escalas indemnizatorias distintas para despidos procedentes o improcedentes.

La medida naranja intenta atacar la fuerte dualidad llevando a todos los trabajadores al mismo nivel, de tal manera que no hay privilegios para unos solos. Además, Ciudadanos busca atacar ‘el muro’ que supone para muchas empresas decidir si hacer fijo o no a un trabajador al alargar en más tiempo el coste. El efecto discriminatorio que se da hoy entre indefinidos y temporales irá a más a medida que avance la tecnología. Asimismo, ese efecto será más pernicioso al afectar más a sectores más desprotegidos, ya que esa distinción discriminará con mayor dureza a los trabajadores menos cualificados.

El otro gran problema que le han achacado es que “quiere que todos los trabajadores sean precarios”. Esto no es cierto y va en función de la escala indemnizatoria que lleve aparejada la medida. El escenario que prevé Ciudadanos es que pase de 12 días a 35 días por año trabajado en un lapso de 14 años. En la actualidad el contrato por obra y servicio solo alcanza los ocho días, por lo que beneficiaría más a los temporales.

Por su parte, el PP busca bonificar los contratos indefinidos aunque la medida también tiene sus inconvenientes, en especial el denominado ‘peso muerto’, ya que hay muchos contratos que se realizarían igual pese a la bonificación y eso reduce la recaudación. La falta de ingresos en este aspecto podría agrandar el agujero de la Seguridad Social, que en 2015 cerró por encima de los 15.000 millones.

Por último, el PSOE y Podemos proponen limitar la concatenación de contratos temporales a un año. Además, ambos proponen una mayor lucha contra el fraude pero se encuentran con el problema de que en España se firman 15 millones de contratos al año, un número demasiado alto. El mercado laboral será uno de los mayores retos del nuevo Gobierno y el margen de error es pequeño.

Pedro Ruiz

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