El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, ha abierto la veda a la nueva realidad de la economía española en los próximos años. Eso es, más recortes de gasto y más impuestos para cumplir con Bruselas. En concreto, el ministro ha señalado que tiene la intención de ingresar 6.000 euros más por el Impuesto de Sociedades para acelerar la reducción del déficit.
Los políticos, en especial el PP, han pasado de largo en este tema debido a dos causas: En primer lugar, por la cercanía de las elecciones, y en segundo lugar por las negociaciones para alcanzar un acuerdo para un Gobierno.
La situación no se puede estirar más, la Comisión Europea y el Ecofin, formado por todos los ministro de Finanzas de la eurozona, han iniciado el proceso para multar a España (también a Portugal) por incumplir con el déficit en 2015 y eso se traduce en anuncios de recortes y subidas de impuestos.
El Ecofin ha ratificado la opinión de la Comisión Europea sobre España y Portugal, eso se traduce en que creen que ambos países no solo incumplieron sino que no hicieron todo lo que estaba en su mano para intentar cumplir. Ahora, se abre un proceso de veinte días para que la CE proponga una sanción para España que podría ser de tres tipos: Una multa con un máximo del 0,2% del PIB de España, eso son 2.160 millones. Una multa pero de importe de cero euros o no imponer finalmente ninguna multa.
En el proceso de decisión, España tiene la posibilidad de hacer alegaciones y ahí radica la clave de la futura multa. La sanción podría tratarse de una cifra condicionada a unos objetivos, esto es, que si España cumple con aquello que le marque la CE se reduciría hasta hacerse cero. Por ello, la primera noticia del Ejecutivo de Rajoy ha sido la dada por de Guindos en relación a aumentar la recaudación de Sociedades para convencer a los más hostiles.
Dudas en la propuesta del PP
De Guindos ha avanzado en su carta a la CE que buscará aumentar ingresos por valor de 6.000 millones en el Impuesto de Sociedades. Pero este movimiento genera muchas dudas.
En primer lugar, el ministro no ha querido hablar de subida de impuestos sino que se trataría de un adelanto de la retención que se practica a las empresas. Es decir, las empresas pasarían a financiar al Estado, ya que ahora ocurre lo contrario debido al efecto en el pago a cuenta. Muy resumido, se trataría de un préstamo que pagarían las empresas al Ejecutivo de Mariano Rajoy.
El problema es que aunque en el corto plazo si supondría un aumento de la recaudación, en el largo el efecto sería neutro (ya que es dinero anticipado que luego no se cobraría) y, por tanto, el desfase seguiría ahí.
El segundo problema, es la cantidad que ha calculado el Gobierno. Los 6.000 millones sacados directamente de sociedades suponen un 30% del impuesto. En 2013, 2014 y 2015 se recaudaron de media cerca de 20.000 millones, por tanto, si se tratase de una subida del impuesto acarrearía una fuerte subida de tipos y aún así no se aseguraría llegar a esa cifra.
Incompatible cumplir con Bruselas y mantener las promesas
El año 2015 cerró con un déficit de 54.000 millones, esa cifra se tiene que recortar hasta los 29.000 millones en 2017. En total, el recorte que se debe llevar a cabo son casi 25.000 millones si se mantiene el crecimiento económico actual.
El Partido Popular está convencido de que si se mantiene el crecimiento se puede alcanzar ese objetivo. Los conservadores creen que el aumento de la recaudación en impuestos, el ahorro en el pago de intereses (confía en 1.500 millones) junto con el cambio en Sociedades, le permitiría reducir el desfase.
Pero en Bruselas no terminan de ver claro el plan del PP, debido a la bajada de impuestos electoralista del PP. El problema no es en sí que se haya rebajado impuestos, sino que no se ha recortado gasto con la misma intensidad. Bruselas en este sentido es claro, pide rebajar el déficit y da libertad a los países para actuar.
El PP ha prometido seguir bajando impuestos y no es algo incompatible con reducir es déficit, debido a que no reduce el ahorro nacional. El problema es que esa política es incompatible sino se mantiene el gasto o se reduce de manera pequeña. Es una encrucijada a la que se enfrenta el PP y el resto de partidos que tienen que avalar en el Congreso cualquier medida.
Sirva de ejemplo este 2016, en los cuatro primeros meses, el déficit no sólo no ha caído sino que ha crecido un 1,25%. En concreto, ha ascendido a 13.981 millones de euros, unos 2.000 millones más que el año anterior. Detrás de ello está la fuerte caída de ingresos. En primer lugar sociedades, que se bajo en la reforma laboral. En segundo lugar, el IRPF que es el que más asusta, la doble rebaja ha hecho que la recaudación se haya contraído un 10,9% son cerca de 2.500 millones.
Obviamente, está caída de ingresos se va a prolongar unos años por lo que la situación es insostenible si se quiere cumplir con Bruselas y evitar la multa. Todo ello, sin contar el importante déficit que tiene la Seguridad Social, que podría rondar este año los 17.000 millones de euros.
Pedro Ruiz