Las acciones de Samgung en la Bolsa de Seúl han caído este martes un 8,04% tras confirmar esta madrugada la paralización mundial de la fabricación y las ventas del Galaxy Note 7. El incendio de las baterías de estos teléfonos a lo largo del mes de septiembre han llevado a la multinacional surcoreana a tomar esta decisión y, además, ha pedido a los usuarios que apaguen los teléfonos por seguridad y que no los usen.
Esta madrugada, Samsung ha lanzado un comunicado en el que señalaba que suspendían la producción de dicho teléfono móvil que permita «una investigación exhaustiva y un control de calidad, pero poniendo la seguridad del consumidor como nuestra prioridad número uno». Por este motivo, han decidido «detener la producción del Galaxy Note 7”.
La multinacional surcoreana ya perdió entre 800 y 1.200 millones de euros tras la reposición del teléfono en septiembre pero los analistas calculan que la suspensión de la fabricación puede suponer una pérdida de 15.300 millones de euros.
Samsung comenzó a vender el Galaxy Note 7 el 19 de agosto, pero debido a estas “explosiones” de la batería, a principios del mes de septiembre, se vio obligado a retirar los teléfonos y lanzar una nueva tanda en la que habían sustituido las baterías dañadas.
Sin embargo, los incendios sin control continuaron y, tras haberse denunciado una treintena de casos de igniciones, la empresa ha decido poner fin a su fabricación
Andrea Morea