martes, septiembre 24, 2024
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Las navidades de 2016 traerán récord de temporalidad en España

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Contrataciones récord para navidades récord. El número de contratos firmados estás navidades batirá su récord histórico superando ampliamente los tres millones de contratos entre noviembre y diciembre. Con ese número se cerrará un año récord en el número de contrataciones dónde la temporalidad, contratos de menos de un mes, sigue siendo el rey.

“Esperamos una campaña muy positiva”, señalan desde la Confederación Española de Comercio. Javier Campo, presidente de la patronal de las grandes empresas, prevé una “buena” campaña navideña. Emilio Gallego, secretario general de la Federación Española de Hostelería augura un incremento “muy positivo” de la actividad. Las previsiones son inequívocas y unánimes: las navidades de 2016 serán las mejores a nivel económico desde el año 2007.

Lo será también para el empleo, el gran beneficiado del crecimiento de la economía española–a grandes rasgos ese crecimiento se divide entre empleo y productividad-. Entre noviembre y diciembre de 2016 se firmarán más 3,2 millones de contratos. Uno de cada dos no superará los tres meses de duración, y muchos de ellos lo harán tras encadenar varios de menos de una semana.

En 2015, los contratos firmados cuya duración máxima fue tres meses supusieron un 47% del total. Para la campaña de 2016, es previsible que esa cifra supere el 50%. Además, de comportarse de forma similar –aunque la tendencia evidencia que será superior a esa cifra- se firmarán cerca 850.000 con una duración menor a siete días, récord histórico, un 13% más que en 2015 y casi un 27% del total.

Pequeñas empresas dedicadas al comercio

De la multitud de datos que arroja el SEPE sobre contratos mensuales, sobresalen dos características importantes sobre la temporalidad, al menos en las navidades. El primero, que las empresas que más abusan de ellos son las más pequeñas. En segundo lugar, que está asociado –obviamente- a los sectores del comercio y la hostelería.

En el primer caso, las empresas que tienen menos de 50 empleados firmarán en 2016 cerca de 450.000 contratos con una duración inferior a siete días. Se trata de un aumento respecto a 2009 superior al 130%. Es más, el 21% de los contratos que firmen dichas firmas tendrán esa duración frente al 8% que pesan en sus cuentas los contratos indefinidos –en 2009, esa cifra era del 10%-.

El otro gran actor de la temporalidad en España en navidades son los sectores del comercio y de la hostelería. Las cifras son abrumadoras, el crecimiento de contratos de menos de una semana en el primero se ha multiplicado por cuatro en siete años. Obviamente, esa cifra tiene mucho que ver con la mejora de la economía y con la época del año que es.

En el caso de la hostelería, el incremento es del 90% en contratos inferiores a una semana, un 77% en el caso de tomar de referencia aquellos que duran menos de un mes. En ambos casos, el incremento va en consonancia con la mejora de la economía y el aumento en general de este tipo de contratos.

¿Qué hay detrás de la temporalidad en España?

España tiene la tasa más alta de rotación laboral, que mide la entrada y salida de un trabajador en el mercado, de toda la OCDE, el doble y en ocasiones el triple que el resto de países. La temporalidad, visto como la diferencia entre fijos y no fijos, sigue centrando el debate que subyace a la mejora del empleo.

Detrás de todo ello, los expertos señalan al deficiente modelo productivo basado en el turismo o en la dualidad del propio mercado. Aunque la fuerza que más determina la temporalidad es la alta tasa de paro.

La interrelación entre una alta tasa de paro estructural, aquella que no se ve afectada por los factores cíclicos, y la temporalidad en el mercado laboral es intensa. El sociólogo Javier Polavieja describía la relación de ambas de la siguiente manera: “La temporalidad se debe a que existe una alta disponibilidad de trabajadores en situación de paro estructural que se combina con la regulación dual. Esto permite a las empresas reemplazar a los empleados con facilidad”.

La explicación es sencilla y ataca a los dos pilares en los que se basa la temporalidad. En primer lugar, el coste económico entendido como el pago de cotizaciones y fin de contrato, obviamente éste es menor en contratos de obra y servicio. En segundo lugar, se refiere al otro coste que es el de buscar un candidato lo más adecuado al puesto. Ese coste no tiene por qué ser económico, puede ser simplemente temporal, ya sea tiempo de revisar currículums y entrevistas posteriores. Pero en empleos de baja cualificación ese coste se reduce simplemente a encontrar otra persona y éste es casi nulo cuando el paro es muy alto. De hecho, los mismos trabajadores que se ven afectados por la temporalidad señalan, al menos el 90,6% de ellos, que lo hacen porque no encuentran uno fijo.

En España, la tasa de paro estructural conocido como Nairu (tasa de paro no aceleradora de inflación, por sus siglas en inglés) es cercana al 18%, según el último estudio del Banco de España. La cifra supone que casi tres millones de personas forman una bolsa de la que es fácil ir reemplazando trabajadores como señala Polavieja y que genera una temporalidad que se ha multiplicado con la crisis.

Pedro Ruiz

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