La variación mensual del índice general de precios es del 1,1%, la más alta desde enero de 2015. Los dos últimos meses los precios no se movieron y cayeron en el mes de junio. La nueva temporada de vestido y la electricidad son responsables de la subida. Si la comparación se establece para los últimos doce meses del año, la tasa anual es del 0,7%, cinco décimas mayor que la registrada el mes anterior: electricidad, transporte y alimentos son los mayores crecimientos en el último año.
Si se descuentan alimentos y energía, la inflación prácticamente iguala a la tasa anual del IPC, se sitúa en 0,8 una décima por encima del índice general, la menor diferencia desde Octubre de 2014.
Parecen agotarse las razones que mantuvieron a la economía española cerca de la deflación durante los últimos meses. Un hecho que plantea con crudeza el problema de la pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios. La salida de las sendas negativas implica, necesariamente, la reducción de la capacidad de compra de las familias.
Por otra parte, esta recuperación de los precios es coherente con la que se está produciendo en la Unión Europea. La recuperación de actividad y de precios pone encima de la mesa la revisión de la política de facilidades monetarias del Banco Central Europea. EL BCE podría reflexionar sobre la subida de tipos de interés en un periodo breve si se consolidan estas tendencias de inflación.
M.B.