Estrella Digital lo escribía el pasado 16 de Abril: buitres, inmobiliario y gestores que no se atrevieron a tomar medidas habían colocado al banco y a sus nuevos responsables en una situación extraordinariamente complicada. La presentación de resultados del primer trimestre, escribíamos el pasado cinco de Mayo, empujaba al banco a la fusión.
La identidad, el bien más preciado de la entidad no ha resistido como valor al último de los episodios: la perdida de depósitos que estaba siendo superada, con ayuda de otros bancos nacionales.
La entidad presidida por Emilio Saracho, -con un ratio de capital del 11,91% en la presentación de resultados-, se presentaba ante una crítica situación al rozar el mínimo exigido por el Banco Central Europeo (BCE) del 11,375%.
En estos momentos, la fuga de depósitos habría derrumbado la expectativa de capitalización con ampliación de capital o fusión, lejos de captar los 4.000 millones de euros que según el mercado necesita y difícilmente absorbible.
El resultado de la dotación de 496 millones a provisiones por el negocio inmobiliario, la reducción del las comisiones y el desplome de las operaciones financieras en un 87% han marcado el primer trimestre.
Saracho ha lanzado la toalla y se ha puesto en manos de entidades especializadas para la venta del banco. BBVA y Santander permanecen al acecho.
Miguel de la Balsa