Después de dos años de disputas, las facciones rivales de “mineros” informáticos que desempeñan papeles clave en el mantenimiento de bitcoin han organizado un software competidor al tradicional. Teniendo en cuenta que hablamos de un mercado que supera los 41 mil millones de dólares, según Bloomberg, el asunto no es baladí. Una nueva monde virtual ( Bitcoin Cash) está en el mercado desde el martes.
El principio de la creación del Bitcoin está basado en “cadenas de bloques” (blockchain), una tecnología que utiliza cifrado y autentificación de los bloques de transacciones que se le aportan. El “blockchain” tiene la reputación de ser infalsificable porque para cambiar la información, es necesario cambiarlo al mismo tiempo en todos los usuarios, lo que ayuda a garantizar la estabilidad del sistema. Buena parte del sistema depende de “mineros” que validan las transacciones, un mercado que han copado los chinos, lo que no deja de alarmar a los gestores y a las autoridades.
Un debate ideológico
Detrás del conflicto se esconde una división ideológica sobre la identidad legítima de bitcoin. La comunidad ha discutido amargamente si la criptografía debería evolucionar para atraer a las corporaciones más importantes y volverse más atractiva para el capital tradicional, o fortificar su posición como faro libertario. En suma, se debate si debe actuar más como un activo como el oro, o como un sistema de pago.
Las semillas del debate se plantaron hace años: para protegerse de los ataques cibernéticos, bitcoin limita la cantidad de información en su red, mediante la tecnología “blockchain”. Un techo a las transacciones que puede procesar – el llamado límite de tamaño de bloque-. Como resultado, los tiempos de transacción y las tasas de procesamiento se han disparado a niveles récord este año, reduciendo la capacidad de bitcoin para procesar los pagos con eficiencia.
Ahora mismo, el tedioso aunque eficaz sistema de control de la moneda permite once transacciones por minuto y aunque se espera doblarlas, los nuevos competidores ofrecen casi sesenta.
Para abordar este problema, surgieron dos grandes escuelas de pensamiento. Por un lado están los mineros, que despliegan ordenadores costosos para verificar las transacciones y actúan como la columna vertebral de la cadena de bloqueo. Están proponiendo un aumento del límite de tamaño de bloque.
Por otro lado, Core, un grupo de desarrolladores que apoya un software de prueba de errores de bitcoin. Insisten en que algunos de los datos deben ser administrados fuera de la red principal. Afirman que no sólo reduciría la congestión, sino que también permitiría que otros proyectos, incluidos los contratos inteligentes (léase mercados de futuros, especulación, etcétera) fueran construidos sobre el bitcoin.
Un problema chino
Sin embargo, mover datos fuera de la cadena de bloques no es solo un problema ideológico. Es de poder e interés. Sacar información fuera de la cadena disminuye efectivamente la influencia de los mineros, la mayoría de los cuales están en China y han invertido millones en granjas de servidores gigantes. No es sorprendente que la propuesta de Core, llamada SegWit, haya generado la resistencia de los mineros que se alzaron en pie de guerra contra la nueva tecnología.
A pesar de intentos de desarrollar esa nueva tecnología pero mantener el sistema de bloques, aumentando su volumen, que garantiza el papel de los mineros ha sido un esfuerzo de consenso de poco éxito.
Competidores al acecho
La aparición de “Bitcoin cash” no es el primer competidor de Bitcoin. Otras criptomonedas han seguido de hecho el lanzamiento de Bitcoin en 2008 como Ethereum en julio de 2015 o Zcash en Octubre de 2016. Incluso el enclave sudafricano de Orania tiene su moneda: E-Ora.
La ansiedad de que Bitcoin pierda su estatus dominante a Ethereum, una criptomoneda cuya popularidad se ha disparado gracias a su capacidad para ejecutar contratos inteligentes y su enfoque más amigable con las empresas, es lo que impulsa la nueva moneda.
No obstante la aparición de la nueva competencia el pasado martes no ha cambiado la cotización del Bitcoin sustancialmente. El martes se cotizaba a 2347,37 euros y el miércoles se había reducido apenas un 0,4%.
Miguel de la Balsa