Llega septiembre en Madrid – y también en las grandes capitales españolas- y se producen dos fenómenos: la llegada de los estudiantes y se acaban los contratos de verano.
Pero es cada vez más evidente que las edades de los que alquilan cama ya no son la de los estudiantes de antaño. De hecho, la extraordinaria subida de los alquileres está expulsando del mercado a los estudiantes que tienen verdaderas dificultades para acceder a pisos compartidos.
Esta mañana del 4 de Septiembre, había disponibles en Madrid, en el Portal del Idealista 4.200 habitaciones. Otras tantas se ofrecían en Barcelona. Solo estas viviendas disponibles generarán un mercado próximo a los cuarenta millones de euros anuales. Para ocupar esas habitaciones (no viviendas), sus inquilinos deberán dedicar casi un tercio de su sueldo neto.
El 20% de las personas que viven de alquiler lo hacen en habitaciones alquiladas según informaciones en las que convergen diversos estudios. Lo que era una alternativa de inmigración y estudiantes se ha extendido al conjunto de la población con bajos salarios.
El mercado de trabajo empuja a asalariados y asalariadas a alquilar habitaciones y camas. El último día de mes fueron despedidos más de 333 mil personas, de las que solo 135 mil fueron recuperadas por el mercado. Mala situación, mientras los salarios siguen siendo bajos.
El cambio cultural sobre la propiedad, la falta de vivienda nueva o la imposibilidad de acceso al crédito ha disparado el mercado de alquiler de vivienda. El alquiler de vivienda está ofreciendo a sus propietarios – y no solo el turístico, precisamente – unas rentabilidades escandalosas, superiores al 21% en la primera parte de este año.
Se han puesto en el mercado viviendas imposibles, angostas, mal ubicadas. La subida media en 2016, se acercó al 16% y los precios ya superan en Madrid o Barcelona, un 4,2% y 18,5%, respectivamente, respecto a los años de la burbuja. Un piso de setenta metros en Madrid superará los ochocientos euros y en Barcelona llegaría a mil. Pero si el piso es caro, la habitación no lo es menos.
La habitación compartida, un nuevo mercado
Informes que maneja el idealista, el editor del anuncio citado, señala que en los seis primeros meses del año 2017 el alquiler de habitaciones se ha incrementado en un 78%.
Los precios de la habitación compartida han subido a nivel similar a los de la vivienda en alquiler, situándose en un 8,4% de subida. En Barcelona han aumentado un 15,8% mientras que en Madrid han subido un 6,8%.El mayor incremento de precio se ha registrado en Palma de Mallorca (23,9%), seguido por Málaga (23,1%).
Barcelona es la ciudad con las habitaciones más caras del país, ya que se solicitan 426 euros mensuales por alquilarlas. Le siguen Palma (384 euros mensuales), Madrid (377 euros) y San Sebastián (363 euros). Zamora es, en cambio, la ciudad más económica de entre las analizadas por idealista (143 euros mensuales), seguida por Cáceres (151 euros), Ciudad Real (157) y Badajoz (160 euros).
Ya no son estudiantes
Las personas que comparten piso en España tienen una edad media de treinta años. Con la excepción de Salamanca o Jaén, dos ciudades universitarias, los que comparten piso ya no están en edad de estudiar. Por ejemplo, con edad media de 33 años en Palma de Mallorca o de 35 en San Sebastián, parece evidente que se trata de trabajadores y trabajadoras del sector servicios con bajos salarios.
Madrid y Barcelona
Madrid y Barcelona (el 34,9% y el 18,6% de todas las habitaciones que se anuncian en España) y a los precios más caros. Las políticas locales no han logrado concretar su mayor promesa electoral: el cambio en la política de vivienda.
La limitación a la legalización de nuevos espacios hoteleros, pisos turísticos, etcétera, sin alternativas ha impulsado un mercado de alquiler turístico voraz. Pero no es solo el turismo: la falta de vivienda nueva empieza a producir una notable escasez.
Las redes sociales: para evadir inmobiliarias
Además de las webs generalistas, en materia de compra-venta y alquiler inmobiliario, han aparecido en el mercado algunas aplicaciones especializadas en el alquiler de habitaciones. Pueden citarse Habitaclia (portal inmobiliario similar al idealista). Redes que ponen en contacto pero también buscan la compatibilidad con los inquilinos o el entorno son Badi o Habitoon. A través de Couchsurfing Travel App, diseñada para viajeros, puede contratarse habitación e incluso sofás.
Miguel de la Balsa