Extremadura vive una sequía extrema. Desde la primavera apenas se han contabilizado lluvias. La consecuencia es una escasez de pastos y a una caída de la producción de paja de cereales. A este bajo ritmo de producción y al alto consumo de las centrales de biomasa corre riesgo de desaparecer el “alimento para la cabaña ganadera regional”, se dice en un comunicado emitido por sindicatos ganaderos.
Quejas similares se producen en otras comunidades en este caso no solo por la producción de energía sino también por el encarecimiento del producto
La paja de cereal ha subido de precio de octubre a diciembre en un 30%, pasando de 69 € a los 90 € por tonelada que cuesta actualmente. “El acaparamiento de paja por parte de las industrias de biomasa supone una competencia desleal con el sector ganadero, ya que este no puede repercutir el incremento de costes, cosa que si sucede con las industrias energéticas. Por poner un ejemplo las instalaciones de Acciona en Miajadas pueden consumir al año 77.000 toneladas de paja, lo que es lo mismo, la ración de volumen de 51.300 vacas durante 100 días“, señalan.
Acciona
“La paja para biomasa consumida por la planta sólo representa aproximadamente el 4% de la paja consumida en dicha Comunidad, por lo que es imposible que incida de forma significativa en el mercado actual de esta materia prima y por tanto, que tenga alguna responsabilidad en la situación que denuncian la organización ganadera de La Unión Extremadura“, indican fuentes de Acciona.
La empresa recuerda que, a pesar del diseño de la planta, el nivel de paja está al 50% de materia prima, imposible rebajarlo más para niveles de diseño del 70%. Miajadas es la única planta de ACCIONA diseñada para biomasa mixta (herbácea – leñosa). Otras dos plantas la de Sangüesa en Navarra, y Briviesca en Burgos operan solo con paja.
Ence
Ence es la segunda empresa que posee una industria de biomasa en Extremadura. La empresa asegura que no compite con los ganaderos en el consumo de paja y que su materia prima no puede ser usada para la alimentación del ganado.
La compañía genera energía a través de ocho plantas de producción: dos en Navia, dos en Huelva, una en Pontevedra, una en Mérida, una en Jaén y una en Ciudad Real. Dos de esas plantas son de cogeneración con biomasa derivada del proceso de extracción de celulosa de sus fábricas de celulosa de Navia y Pontevedra.
La paja no es tan humilde
La paja es un negocio de 400 millones de euros al año solo en España, según estiman algunas fuentes del sector. Considerada subproducto de los cultivos de cereal, es utilizada para cubrir los suelos de las cabañas ganaderas de vacuno y ovino; para alimentación animal; para las explotaciones de champiñones (ofreciendo un sustrato nutritivo para los hongos), e, incluso, para generar combustible.
Con casi seis millones de hectáreas cultivadas de cereales de invierno, España puede considerarse un gran productor de paja. En un año normal, por cada hectárea cultivada se obtienen aproximadamente 2.500 kilos de grano (sobre todo trigo de invierno y cebada) y 1.000 kilos de paja.
Pero 2017 no ha sido un año normal. La producción quedará muy por debajo. Lo que explica tano los altos precios como las tensiones del mercado.
El efecto al alza en el precio del producto ya se nota en el mercado, y ello repercutirá sobre todo en mayores costes para las explotaciones de ganado vacuno y caballar. El precio final también tendrá un impacto en las exportaciones del sector.
Miguel de la Balsa