La moneda virtual del futuro podría no ser el Bitcoin. No la lanzará una entidad nueva, sino una aplicación de mensajería de 180 millones de usuarios: Telegram.
TechCrunch revela el proyecto, que podría ser introducido en marzo. Una novedad, ya que la mayoría de los propietarios de monedas virtuales se decanta por Bitcoin o Ethereum. Además, Telegram no tiene que crear una base de usuarios desde cero. Y esto podría jugar a favor de su propia criptomoneda, que de hecho ya tendría, en el momento del bautismo, la posibilidad de circular a gran escala.
Se deben usar nuevos recursos para crear nuevos servicios, lo que podría transformar radicalmente la aplicación. O, mejor, crearían un ecosistema en «blockchain» (cadena de bloques). El fundador, Pavel Durov, no solo quiere su propia moneda, sino también una red descentralizada (llamada Telegram Open Network, Ton), en la que puede viajar mensajes, archivos pero también monedas y «contratos inteligentes».
Telegram se transformaría así en una plataforma multiservicio, basada en el modelo WeChat, pero que usa la cadena de bloquespara transferir dinero (especialmente en pequeñas cantidades) de manera instantánea y con costos de transacción minimizados. Ton también podría ser utilizado por terceros (es decir, desde otros sitios y plataformas).
Dadas la volatilidad de las criptomonedas, el equipo de Telegram estaría pensando en un sistema para limitar las presiones especulativas: Dúrov y sus colaboradores deben conservar la propiedad del 52% de las Gram (la criptomoneda a emitir, para ser intercambiado con otros usuarios o para utilizar para aprovechar Servicios de Telegram).
El proyecto se desarrollará por fases, con la cadena de bloques de Telegram operando desde el primer trimestre de 2019. La operación tiene, por sí misma, el gusto de la comunidad blockchain, pero el proyecto podría estar condicionado por intervenciones regulatorias en monedas virtuales.
Miguel de la Balsa