Los técnicos de Hacienda (Gestha) apuntan a que el anuncio de este impuesto a las tecnológicas no se trata de ninguna novedad, ya que la Comisión Europea planteó el 21 de marzo pasado un borrador de directiva para que estas grandes compañías digitales -como Amazon, Google o Apple- tributen.
El objetivo es que pagando en los países de la UE, mediante un recargo en torno al 3% de los beneficios obtenidos por sus ventas en cada país por las empresas de servicios digitales que “en un periodo impositivo facturen más de 7 millones de euros, cuenten con más de 100.000 usuarios o con más de 3.000 contratos en un Estado miembro”.
Los técnicos consideran que este impuesto sobre los Servicios Digitales (ISD) no estaría vigente, como muy pronto, hasta 2020. Además, sostienen que la Comisión Europea cuantifica una escasa recaudación en toda la UE que rondaría los 5.000 millones de euros para lograr un consenso de los países miembros más rápido, especialmente de los cinco más reticentes -Irlanda, Holanda, Bélgica, Luxemburgo o Austria- que concentran la mayoría de las sedes en Europa de las empresas tecnológicas.
La dificultad para que este impuesto digital sea efectivo está en que aún se encuentran por definir tanto los criterios para distribuir los beneficios de cada multinacional en cada país miembro como la horquilla en la que se permitirá establecer el recargo en el Impuesto sobre Sociedades nacional, por lo que resulta complicado que España ingrese algo más de 500 millones a medio plazo, bien alejado de los aproximadamente 1.600 millones que costaría indexar las pensiones al IPC.
Solución provisional
En este mismo sentido, aunque fuentes del Ministerio de Hacienda contemplaban hace unas semanas la posibilidad de implantar este gravamen unilateralmente por España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, negó esa posibilidad y aseguró que tendría que implementarse en el conjunto de la UE, como están barajando los distintos países comunitarios como una “solución provisional”.
Los técnicos de hacienda proponen que la actualización de las pensiones con el IPC se consolide mediante un sistema mixto de financiación de la Seguridad Social (cuotas sociales e impuestos) para evitar el descuadre de las cuentas públicas del organismo, afectando al cumplimiento del déficit público español, que este año debe reducirse desde el 3,1% hasta el 2,2% del PIB.
Asimismo, tras el escaso margen que ofrece la nueva bajada del coste de la deuda que se presupuestó hace apenas un mes y la incertidumbre del coste real del rescate de las autopistas, los técnicos consideran que el PP acabará presentando enmiendas al proyecto de ley de Presupuestos del Estado para 2018 con un recorte equivalente en otras partidas del gasto, que sólo podría evitarse si aumentaran los ingresos en 1.500 y 1.800 millones este año y el próximo, respectivamente, tanto como costará el incremento de las pensiones en 2018 y 2019.
Miguel de la Balsa