La aceleración de dos décimas de la inflación anual se debe al crecimiento del 3 % de los precios del transporte (un punto más que el mes anterior), consecuencia del encarecimiento de los carburantes y lubricantes, que hace un año se abarataron.
Además, los precios de la vivienda crecieron el 2,1 % (un punto por encima de febrero) por la menor caída de la electricidad.
A la baja de los precios tiraron los alimentos y bebidas no alcohólicas, que se encarecieron cinco décimas menos que en febrero (0,9 %), debido a un comportamiento a la baja de frutas y de legumbres y hortalizas.
Esta situación ha provocado que la inflación subyacente (una vez eliminados los componentes más volátiles de la cesta de la compra -energía y alimentos frescos-) se haya mantenido en el 0,7 %, situándose seis décimas por debajo del IPC general.
La evolución mensual muestra que los precios de consumo se recuperaron el 0,4 % durante este mes, tres décimas más que un año antes y dos por encima de febrero.
La variación anual del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro-, fue también del 1,3 %, dos décimas más que el mes anterior.
Redacción