La entidad ha presentado este viernes sus proyecciones macroeconómicas para el trienio 2019-2021 en una rueda de prensa en la que el director general de Economía y Estadística, Óscar Arce, ha insistido en que la entidad no tiene duda de que la subida del 22,3 % del salario mínimo (SMI) va a tener un impacto negativo sobre el empleo este año.
No obstante, ha reconocido que la metodología empleada para concluir que se destruirán 125.000 puestos de trabajo no es infalible y está sujeta a un «elevado grado de incertidumbre».
Para el segundo trimestre del año, el Banco de España adelanta un crecimiento del 0,6 %, que sería una décima inferior al del primer trimestre, pero que está por encima de los cálculos que manejaba la entidad hasta el momento.
Según sus proyecciones, en 2019 el crecimiento va a seguir apoyándose en el gasto de los hogares y en el dinamismo de la inversión empresarial, en tanto que el incremento del empleo será del 2 %, cuatro décimas superior al anteriormente previsto por la entidad, y la tasa de paro de paro será una décima inferior (13,8 %).
La contribución de la demanda interna (consumo e inversión) al crecimiento de este año se mantiene en 2,3 puntos, tras haber rebajado dos décimas el avance del consumo de las familias (1,8 %) y haber elevado cinco décimas el crecimiento de la inversión empresarial (3,7 %).
Sobre el consumo explica que se moderará porque el aumento de las rentas laborales obedecerá más a subidas salariales que a la generación neta de puestos de trabajo y la propensión al gasto es mayor cuando proviene de un aumento del empleo.
Además, cree que los hogares tenderán a volver a ahorrar, que la demanda embalsada de bienes duraderos acumulada con la crisis ya se ha satisfecho y que el efecto de las rebajas fiscales de los Presupuestos de 2018 se irá agotando.
Del incremento de la inversión empresarial destaca que es reflejo de un alto grado de utilización de la capacidad productiva instalada, de la disponibilidad de financiación a coste reducido y del desendeudamiento de la empresas.
La aportación del sector exterior al crecimiento de 2019 será de 0,1 puntos, mejor que en las anteriores previsiones el Banco de España en las que calculaba que restaría una décima.
La entidad ha revisado significativamente a la baja tanto las exportaciones como las importaciones, que están mostrando «una notable pérdida de dinamismo», si bien prevé una mejoría de los mercados exteriores para 2020 y 2021.
El Banco de España espera un repunte de los crecimientos salariales hasta tasas superiores al 2 % en cada uno de los tres años del horizonte de proyección, lo que se traducirá en incrementos más marcados de los costes laborales, dado que los aumentos de productividad seguirán siendo reducidos.
La previsión de déficit público la ha elevado una décima, al 2,4 % del PIB, un cálculo en el que no ha tenido en cuenta ninguna de las medidas fiscales que el Gobierno espera poner en marcha en los próximos meses.
El Banco de España no ha querido pronunciarse sobre si el déficit podría reducirse al 2 % del PIB que prevé en Gobierno, tomando en consideración el efecto de las medidas que prevé implantar.
Para 2020 y 2021 ha mantenido sus previsiones anteriores de que la economía crezca el 1,9 y el 1,7 %, respectivamente.
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