Desde 2001, el número medio de ocupados en agosto ha descendido en una cuantía «muy importante», en 145.834 afiliados de promedio, mientras el paro ha subido en una media de 39.639 personas, excepto en 2013 que descendió en 31.
Agosto es uno de los dos únicos meses del año en los que el empleo cae siempre, junto con enero, y, en el caso del paro, entre los cuatro con peor comportamiento de cada ejercicio, junto a enero, octubre y noviembre.
El problema en España es que la estacionalidad de la actividad determina «unas exageradas fluctuaciones» en el empleo y el paro, porque no se cubren esos puestos de trabajo con los contratos adecuados, sino que existe una situación de fraude generalizado, ha apuntado UGT este domingo en un comunicado.
A su juicio, se utilizan en muchos casos contratos de carácter temporal, que se rescinden en estas fechas de baja actividad, en lugar de mantener contratos indefinidos o fijos discontinuos como determinaría la ley por la naturaleza del puesto de trabajo.
Para el sindicato, ésta es una de las razones por las cuales «España mantiene niveles de temporalidad y rotación laboral anómalamente elevados».
El sector de la educación suele ser una de las actividades donde más se reduce el empleo y aumenta el paro en los meses estivales.
En los últimos cinco años, este sector ha perdido entre 180.000 y 231.000 empleos cada año en los meses que van de junio a agosto y, en este último, de 50.000 a 61.000.
Otros sectores son construcción (22.562 empleos perdidos); industria manufacturera (25.858); servicios para el empleo (26.746); servicios sociales sin alojamiento (4.433), y actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento (14.512).
En opinión de UGT, estas pérdidas de empleo «no son, en la mayoría de los casos, justificables por causas productivas, porque muchos de estos trabajadores, a los que se les rescinde su contrato en agosto, deberían tener contratos indefinidos y, en consecuencia, no deberían engrosar las listas del paro en este mes».
El hecho de tener un mes de vacaciones (o de baja actividad empresarial) no responde a situaciones de estacionalidad de la actividad.
En realidad, esos trabajadores desempeñan un trabajo permanente, estructural, y que, por tanto, debería cubrirse con un contrato indefinido.
UGT considera que «esta situación de inseguridad laboral es inadmisible» y tiene costes importantes tanto para el trabajador -que no recibe sus salarios y cuya continuidad queda en el aire- como para el sistema de Seguridad Social, al hurtar las cotizaciones correspondientes a ese mes para esos empleados.
Por todo ello, el sindicato opina que se debería realizar una revisión y un análisis detallado del uso efectivo de la contratación temporal en el conjunto del sistema productivo, con el objetivo de reducir el nivel general de precariedad en el empleo del sistema laboral español.
Esto exige una reforma de la legislación de los contratos temporales que defina de forma más estricta las causas permitidas de utilización de cada una de sus modalidades, para poder determinar claramente el fraude, y que articule un esquema de sanciones suficientemente elevadas que desaliente y disuada los casos de contratación fraudulenta.
Estrella Digital