El departamento de Margarita Robles tiene sobre la mesa volver a sacar a licitación la fabricación de los 348 vehículos por 2.100 millones de euros, después de haber rechazado la oferta presentada por la empresa Santa Bárbara, perteneciente a General Dynamics European Land Systems, por incumplimiento del pliego técnico y económico.
Fuentes de Defensa han informado que «entre las alternativas está la de un contrato negociado y abierto a aquellas empresas del sector que cumplan con los requisitos establecidos en el pliego de prescripciones técnicas que se elaborará a tal efecto».
Defensa también está explorando la posibilidad de encargar el proyecto a la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamento (OCCAR), organización intergubernamental europea que coordina varios programas de equipamiento militar y a la que pertenece España además de Bélgica, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido.
Esta opción significaría, según otras fuentes consultadas, apostar un vehículo tipo Boxer de ocho ruedas como el que usa Alemania y los Países Bajos pero con elementos españoles.
Defensa apuesta por que sea un producto netamente nacional y aplicar tecnología desarrollada por empresas españolas a estos vehículos.
Los nuevos vehículos VCR 8×8 sustituirán a los BMR, que fueron retirados de determinadas operaciones internacionales por sus deficiencias y carencias de seguridad.
Estos carros de combate son uno de los pilares sobre los que se asienta el plan «Fuerza 35» del Ejército de Tierra, que tiene entre otros objetivos aumentar las capacidades militares con la introducción de nuevas tecnologías, racionalizar los recursos humanos y potenciar el liderazgo.
Desde Defensa subrayan que a pesar de los retrasos los VCR serán una realidad próximamente, ya que son una de las prioridades del departamento de Robles.
El proyecto, indican fuentes del Ministerio, va a salir adelante «sí o sí» y el objetivo de Defensa es que, sea como sea la manera en que se haga (con concurso con o sin publicidad o recurriendo al OCCAR), se deberán respetar los tres puntos fundamentales del mismo.
Concretamente, se pretende que el nuevo contrato sea por el mismo número de vehículos y con igual techo de gasto, se quiere que los vehículos sean netamente españoles y que estén listos lo antes posible (se tenían que entregar progresivamente hasta 2025).
Estrella Digital