Puig justifica este ERTE por la crisis sanitaria generada por la expansión del coronavirus, que le ha obligado a cerrar sus puntos de venta en España y le ha generado una falta de suministros en los centros de producción de la compañía.
La multinacional, controlada por la familia Puig, ha precisado que están paralizadas tanto la fábrica de Alcalá de Henares (Madrid) como la de Sant Adrià de Besos (Barcelona), y que tampoco pueden abrir grandes almacenes, perfumerías y aeropuertos donde venden sus perfumes.
En consecuencia, la compañía ha comunicado hoy a sus empleados un ERTE por fuerza mayor que, en caso de ser aprobado, entrará en vigor «desde el inicio de la interrupción de la actividad y permanecerá durante el período en el que tengan lugar las causas de fuerza mayor, reincorporándose los empleados a su actividad laboral en el momento en que esta se pueda desarrollar con normalidad», apunta Puig.
Puig cuenta actualmente con una plantilla global de 4.500 empleados y subraya que ahora la prioridad es garantizar la salud y la protección de sus trabajadores en todo el mundo.
Pese a la paralización que ha provocado esta crisis sanitaria, la fábrica que Puig tiene en Vacarisses (Barcelona) continuará operativa para producir geles hidroalcohólicos como respuesta a la petición del Gobierno de seguir produciendo este tipo de productos para el sector sanitarios.
De hecho, Puig ha precisado que hoy ha producido las primeras 9.500 unidades de geles hidroalcohólicos, según las indicaciones del Ministerio de Sanidad.
La multinacional catalana subraya que cuando pase esa crisis sanitaria su voluntad es «reanudar su operativa habitual» y mantener los puestos de trabajo.
Asimismo, Puig recuerda que desde que comenzó esta crisis sanitaria ha dado prioridad al teletrabajo, ha cancelado reuniones presenciales y ha reforzado labores de limpieza y desinfección, entre otras medidas.
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