«El sector está totalmente abandonado, no recibe ayudas de ningún tipo. Estamos en una travesía del desierto y hacen falta ayudas urgentes y reales, si no la mitad de los locales no llegará a fin de año», asegura, en una entrevista con Efe, el secretario general de Spain Nightlife, Joaquim Boadas.
Más de la mitad de España pasará el lunes a fase 3, pero la reapertura de discotecas y bares de copas sigue en el aire: que vuelvan a subir la persiana dependerá de cada comunidad, que decidirá cuándo y cómo se lleva a cabo la desescalada en el sector del ocio nocturno.
Por ello, explica Boadas, las patronales ya se han puesto en contacto con los respectivos gobiernos autonómicos para abordar las condiciones de reapertura de las discotecas, un retorno a la actividad que tendrá que ser «gradual, asimétrico y seguro» y pactado con todos los agentes implicados.
El empresario es partidario de llevar a cabo las negociaciones que hagan falta y «no correr demasiado», pues un rebrote supondría «volver a la casilla de salida»: «No podemos permitirnos ningún tropiezo -señala-, ya que pondríamos en riesgo toda la temporada».
La propuesta de Spain Nightlife pasa por abrir entre el 15 y el 21 de junio las primeras actividades en las zonas más avanzadas de la desescalada con un 50 % de aforo, que la semana del 21 al 28 de junio se permitiera abrir en aquellas zonas en que no haya habido ninguna incidencia con el 75 % del aforo y, finalmente, «si todo va bien», la primera semana de julio hacerlo con un 100 %.
En Cataluña, donde hay más de 3.700 locales de ocio nocturno, la patronal FECASARM, que preside David López, ha solicitado una reunión con la Generalitat para tratar la desescalada del sector y ha propuesto crear una mesa de trabajo en la que participen ayuntamientos, los departamentos de Interior y Salud, los cuerpos policiales y las empresas de seguridad y de control de accesos, entre otras.
Boadas garantiza que la reapertura de discotecas y bares musicales se hará con todas las garantías de seguridad y protección y recuerda que el sector ha implementado un distintivo sanitario internacional que prevé medidas como la nebulización química del local y la colocación de carteles informativos sobre la necesidad de guardar la distancia personal y lavarse las manos frecuentemente.
Las discotecas recomendarán también el empleo de mascarillas, el pago con tarjeta, el uso de los reservados con mesas y sillas y la utilización de las nuevas tecnologías para hacer pedidos a distancia, por ejemplo a través de códigos QR, para evitar el contacto cliente-trabajador.
En los guardarropías, la ropa de los clientes se protegerá con fundas para evitar que esté en contacto con otras piezas y el personal del local velará por que se cumplan las normas en el interior.
En el caso de las pistas de baile, Joaquim Boadas se muestra contrario a la posibilidad de colocar señales visuales en el suelo para orientar al público sobre cuál debe ser su zona de baile y reservar la distancia interpersonal, tal y como ha propuesto la Federación de Empresarios de Ocio Nocturno (España de Noche).
«La señalización en el suelo es una cosa inviable e incontrolable. Una discoteca no es una guardería ni un juego de parchís en el que cada persona tiene que estar en su casilla», afirma el secretario general de Spain Nightlife, que apela a la responsabilidad de la clientela a la hora de mantener la necesaria distancia de seguridad.
Tanto Joaquim Boadas como el presidente de la Asociación de Discotecas de Valencia, Óscar Iglesias, advierten que si se retrasa de manera importante la apertura de los locales de ocio nocturno se corre el riesgo de que se incrementen exponencialmente el botellón y las fiestas ilegales, lo que no solo comportará problemas de ruidos y suciedad a los vecinos, sino que también aumentará el riesgo de contagio.
«Necesitamos, pues, empezar a conocer fechas de apertura concretas y que se aprueben ayudas cuanto antes», recalca Iglesias.
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