Durante la presentación del libro del senador del PP Fernando Martínez-Maíllo «El Banco Central Europeo. Propuestas de reforma» a la que asisten el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, y el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, Casado no ha entrado a hablar de «condicionalidad» para poder acceder a estos fondos pero sí de «estabilidad, respeto y reformas».
«No hay que buscar enemigos externos, hay que negociar bien, con respeto y con las cartas encima de la mesa», ha dicho el dirigente del PP que ha afirmado que «parece razonable» que los países que tienen que votar este fondo para repartirlo pregunten a España por el gasto público aprobado para subir las pensiones, el sueldo de los funcionarios o el Salario Mínimo Interprofesional.
Casado ha incidido en que este fondo de recuperación económica se tiene que negociar para evitar errores y «sin insultar a los que supuestamente tienen que votar» ya que «no ayuda» -ha dicho- que Sánchez se refiera a determinados países «frugales» como Finlandia, Dinamarca o Suecia y que deben decidir como paraísos fiscales.
Además, ha señalado que de la cifra de 140.000 millones de euros que componen este fondo, el BCE del que Luis de Guindos es vicepresidente, se ha comprometido a garantizar la compra este año de 120.000 millones que ayudarán a recurrir a los 300.000 millones de euros que tiene que financiar el Tesoro España este año.
Casado ha puntualizado que cuando España en campaña electoral «gasta 20.000 millones de euros en reales decretos…que supone que en febrero se suben las pensiones, el sueldo de los funcionarios o el SMI, esto es algo por lo que Europa preguntan», ha incidido mientras que ha recalcado que «si hacen esta subida de gasto estructural parece razonable que tengas que explicar muy bien por qué lo haces cuando los países que te tienen que financiar no las hacen».
El dirigente del PP ha pedido al Gobierno que «escuche» la cifras que han empeorado la previsiones económicas y ha insistido en que Europa quiere confianza y credibilidad.
Casado ha reiterado que la solución a estas peores previsiones es bajar impuestos y no subirlos, como están haciendo otros países europeos.
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