La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, ha presentado este miércoles la evaluación de los 35.000 millones de euros que cada año gasta el Estado en trece beneficios fiscales concretos, que suponen el 60 % de todas las reducciones y deducciones fiscales vigentes, cuyo coste anual es de 60.000 millones.
Herrero ha destacado la importancia en términos de recaudación perdida por el Estado que suponen los beneficios fiscales en España, por lo que ha considerado fundamental garantizar que cumplen de forma eficaz el objetivo para el que fueron creados.
IVA
Los tipos reducidos de IVA del 4 y 10 % son los que acumulan el mayor coste fiscal anual (17.787 millones).
El informe del organismo dice que cumplen con su objetivo de facilitar el acceso a bienes y servicios de primera necesidad, pero concluye que no lo hace de forma eficiente desde el punto de vista distributivo, dado que el beneficio se concentra en los hogares de rentas altas que son los que más consumen.
En concreto, el 57 % del beneficio del tipo superreducido del 4 % (3.041 millones) se concentra en rentas brutas superiores a 34.331 euros anuales, un porcentaje que llega al 62 % para los bienes gravados con un IVA reducido del 10 % (7.768 millones).
La AIReF no habla de eliminar los tipos reducidos sino de revisar los productos y servicios acogidos a ellos, teniendo en cuenta la evolución de la coyuntura económica y protegiendo a los colectivos y sectores afectados con políticas más eficientes desde el punto de vista distributivo.
La mayor proporción de gasto a tipos reducidos en España explica la menor recaudación por IVA, con un tipo implícito del 11,1 % frente al 14 % de la media de la eurozona.
PLANES DE PENSIONES
La reducción en el IRPF de hasta 8.000 euros anuales por aportaciones a planes de pensiones, con un coste para las arcas públicas de 1.643 millones al año, es el único de los beneficios fiscales estudiados por la AIReF que no cumple con el objetivo para el que fue diseñado: incentivar el ahorro a largo plazo.
El informe señala que las aportaciones a planes de pensiones son pequeñas, que el ahorro acumulado es reducido, que el beneficio fiscal casi solo lo utilizan las rentas altas y que al final dicho beneficio no es atractivo si se tienen en cuenta las comisiones y los tipos marginales, dado que los rendimientos tributan en la base general (con un tipo máximo del 45 %) y no en la base del ahorro (con un tipo máximo del 23 %).
De acuerdo con las simulaciones de la AIReF, la tributación diferida de los planes de pensiones solo tiene atractivo a largo plazo para las rentas más bajas, que son las que no tienen capacidad de ahorro.
Por todo ello plantea su reformulación completa de manera coherente con las recomendaciones que se acuerden en el Pacto de Toledo sobre ahorro complementario a largo plazo, pero no habla de eliminarla.
TRIBUTACIÓN CONJUNTA
La AIReF sí recomienda la supresión del sistema de tributación conjunta en el IRPF, que supone una pérdida de recaudación de 2.392 millones al año, porque considera que tiene un impacto negativo de género, a pesar de conseguir su objetivo de beneficiar a los hogares que solo tienen un perceptor de rentas.
Según el informe, la reducción de 3.400 euros anuales para matrimonios que opten por hacer una única declaración desincentiva la participación laboral de las mujeres, por lo que propone acelerar su desaparición y establecer un régimen transitorio para no perjudicar a las familias con menor capacidad para adaptar sus decisiones a la nueva situación.
Además, señala que se trata de un sistema superado que está despareciendo en todos los países de nuestro entorno.
OTROS BENEFICIOS FISCALES
En el caso de la reducción por arrendamiento de viviendas en el IRPF, con un coste de 1.039 millones, propone rediseñarla para que sirva para facilitar el acceso al alquiler a colectivos vulnerables, teniendo en cuenta las especiales necesidades en áreas metropolitanas.
La AIReF no hace propuestas específicas para las deducciones sociales (maternidad, familia numerosa, discapacidad) ni para la exención de IVA a los servicios financieros, porque cree que cumplen su objetivo sin distorsiones.
No hace propuestas ni llega a resultados concluyentes para la deducción por donativos en el IRPF y el impuesto de sociedades ni para la exención de IVA para los servicios educativos y sanitarios.
Tampoco llega a resultados concluyentes respecto a la tributación reducida de sicav y socimis, pero propone reforzar su condición de inversión colectiva, tras detectar que en realidad se concentra en un número reducido de accionistas.
No obstante, no cuestiona sus ventajas fiscales (tributan el 1 % en el impuesto de sociedades, cuando el tipo general de este tributo es del 25 %), que suponen una pérdida de recaudación de 323 millones anuales.
Estrella Digital