Durante su intervención en el seminario «El futuro de Europa tras la crisis de la COVID-19», organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, el exministro ha asegurado que la crisis del coronavirus empujará al alza el nivel de deuda pública, situación para la que «no existe alternativa» porque la política fiscal «tiene que actuar».
De Guindos ha defendido que la actuación fiscal de España «ha sido similar» a la de otros Estados de la zona euro «en cuanto a los programas de naturaleza excepcional», aunque ha recalcado que el impacto de la pandemia en este país ha sido mayor, ha informado la UIMP en nota de prensa.
Y es que, aunque la emergencia sanitaria es común, «los efectos no son simétricos», según el actual «numero dos» del BCE, que considera que el fondo de recuperación europeo «puede jugar un papel fundamental».
De este modo, ha afirmado, a pesar de que la respuesta fiscal ha sido similar a la de otros países del entorno, la economía española se ha visto más afectada por la pandemia por diversos motivos, entre ellos, las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno para frenar los contagios.
También por la propia estructura productiva del país, con un gran volumen de pequeñas y medianas empresas (pymes) que «está sufriendo», y un fuerte peso del sector turístico, aspectos de los que ya advirtió el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, el pasado mayo en el Congreso de los Diputados.
El que fuera titular de la cartera de Economía ha pronunciado este discurso el mismo día que el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi ha dicho en una reunión anual en Italia que la reconstrucción tras la pandemia «irá acompañada de una deuda destinada a mantenerse elevada durante mucho tiempo».
Sin embargo, esta deuda, «suscrita por países, instituciones, mercados y ahorradores, será sostenible si se utiliza con fines productivos como inversiones en capital humano, en la infraestructura crucial para la producción, investigación», mientras que será «incobrable» si se utiliza «con fines improductivos».
Para el italiano, «los bajos tipos de interés no son en sí mismos garantía de sostenibilidad, pues la percepción de la calidad de la deuda contraída es igualmente importante».
UNA RECUPERACIÓN QUE DEPENDE DE MÚLTIPLES FACTORES
El vicepresidente del BCE también se ha referido en Santander a las vulnerabilidades ya existentes antes de la pandemia, como son los costes de la banca europea, sobre los cuales «era necesario actuar desde antes de la crisis».
Sobre las perspectivas de recuperación, De Guindos ha subrayado el papel fundamental que juegan en este contexto circunstancias que «van más allá del control económico», de modo que será importante ver cuál será «la evolución de la pandemia, si hay una segunda ola o la disponibilidad de una vacuna».
En un vídeo proyectado al inicio de la sesión, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, ha admitido que la Unión Europea afronta grandes retos económicos tras la pandemia a pesar de los grandes acuerdos alcanzados.
Ha citado la necesidad de adaptar las reglas fiscales a la nueva situación, garantizar que la deuda comunitaria que se va a emitir podrá ser devuelta y, sobre todo, coordinar a los diferentes países hacia objetivos comunes, las transiciones ecológica y digital, sin que se considere una intromisión de Bruselas en asuntos nacionales.
Gentiloni ha resaltado al respecto que la crisis del coronavirus «puede aumentar las desigualdades entre los países de la Unión Europea», motivo por el que ha llamado a la cooperación entre los Estados miembros.
«Estamos movilizando recursos comunes y tenemos que ponernos de acuerdo para que se destinen a nuestras prioridades comunes», ha sentenciado.
AM