Montero, tras el Consejo de Ministros, ha recordado, en este sentido, que la respuesta del mercado bursátil al anuncio de fusión fue claramente favorable a la operación, «un mensaje de confianza a los inversores que repercutió no sólo en el valor de estas entidades, sino en el conjunto de la Bolsa y de otros bienes asociados a esta fusión».
La también ministra de Hacienda ha afirmado que esta operación refuerza la estabilidad financiera del sistema bancario español y «es capaz de aportar seguridad a los inversores y a los ahorradores».
Preguntada por si el Gobierno mantendrá su compromiso de vender para antes de 2021 las acciones que tiene en Bankia -donde tiene alrededor de un 60 % del capital (porcentaje que será inferior en la nueva entidad por el efecto dilutivo de la fusión) a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con el que se acudió al rescate de la entidad en la anterior crisis-, Montero ha respondido: «paso a paso».
Ha explicado que en este momento lo importante es que el Estado refuerce esa participación pública que tendría en esa entidad por su participación en Bankia y ha añadido que «ahora lo imprescindible, lo fundamental, es que el Gobierno colabore y contribuya a afianzar esa operación, a que pueda seguir su cauce con todas las garantías por parte de los supervisores tanto del Banco de España como de los supervisores europeos».
En este sentido, ha dicho que ahí estarán «trabajando codo con codo con las entidades financieras y, por tanto, ahora lo que nos interesa es ser capaces de que esa participación pública permita también que la opinión de este gobierno esté presente en esa toma de decisiones», aunque «con absoluto respeto» a los consejos de administración y juntas de accionistas de los dos bancos.
Aparte de «maximizar» la participación pública que tiene el Estado en Bankia, el Gobierno exigirá en la operación que se proteja el interés general del conjunto de la ciudadanía, cosa que Montero considera que cumple la propuesta de fusión de Caixabank y Bankia.
También ha subrayado la importancia de la fusión desde el punto de vista de la cohesión territorial por el origen de los dos bancos y por la disposición de ciudades muy importantes para acoger la sede del nuevo banco.
En la actualidad, tanto Caixabank, que se hizo con el Banco de Valencia en la anterior crisis, como Bankia, fruto de una fusión de cajas en que estaba también la valenciana Bancaja, tienen sus sedes sociales en Valencia, aunque las operativas están en Barcelona en el caso de la entidad catalana y la de Bankia, entre cuyas entidades fusionadas estuvo Caja Madrid, en la capital de España.
Por otra parte, Montero ha señalado que, mientras que las propuestas de fusiones bancarias que se hagan cumplan con los principios de salvaguardar el interés público y contribuir a la estabilidad del sistema bancario, no habrá ningún tipo de reacción negativa por parte del Gobierno.
No obstante, ha afirmado que los importante en este momento es que se pueda concretar la operación de fusión entre Caixabank y Bankia.
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