De esa cantidad, la mayor parte, 612,28 millones, se destina a gastos de funcionamiento, que aumentan un 5,11 % e incluyen los gastos de personal, los correspondientes a bienes y servicios -entre ellos alquiler y mantenimiento- y también la fabricación de billetes y monedas.
La dotación para gastos de personal es de 315,23 millones, superior a los 303 millones consignados para 2021, en tanto que bienes y servicios se lleva 216 millones, frente a los 200 millones de este año, sobre todo por el incremento de los gastos informáticos y la mayor demanda de servicios de consultoría.
El capítulo de bienes y servicios se dota con 80,40 millones, lo que supone un aumento de 1,84 millones de euros (2,3 %) respecto al presupuesto de 2021.
La entidad tiene previsto realizar inversiones por importe de 55,29 millones, cifra que supone una disminución de 0,06 millones (-0,1 %) en comparación con la incluída en el presupuesto de 2021.
Según el proyecto presupuestario, los cálculos para 2022 se han hecho «partiendo de una situación todavía afectada por el coronavirus, pero bajo la hipótesis de una recuperación progresiva en los gastos más afectados directamente por la pandemia».
Al existir todavía mucha incertidumbre sobre el futuro, se ha realizado una previsión de recursos para garantizar el funcionamiento normal del Banco, pero incluyendo además nuevas necesidades de mejora derivadas de las iniciativas del Plan Estratégico 2020-2024.
En cuanto al presupuesto destinado a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, el resultado estimado para el ejercicio se sitúa en 21 millones, con una facturación de 270 millones, unos gastos de explotación de 154 millones y unos gastos de personal de 72 millones. EFE
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