El sector de la construcción vive una auténtica tragedia. Entre enero y septiembre de este año, 3.421 empresas han tenido que cerrar en España, según datos de la consultora Iberinform, que contabiliza en 116.000 las firmas que todavía se dedican a la construcción de viviendas y obras en general. La situación es tan delicada que la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) alerta de que en el último año han quedado desiertas 1.939 licitaciones públicas. De esta manera, no se han podido iniciar obras por importe de 883 millones de euros.
La crisis del sector ya se empezaba a notar antes de la invasión de Ucrania, una crisis que empezó a notarse con el inicio de la pandemia. Luego llegó el encarecimiento de los materiales, los retrasos en las entregas de dichos materiales y los sobrecostes en las obras. Ahora hay que sumarle una inflación desbocada. De las 21.382 disoluciones que se han efectuado en España en los nueve primeros meses del año, el 16% corresponde a la construcción.
La construcción es el segundo sector que más disoluciones ha sufrido, solo por detrás del comercio (21% de las empresas de esta ámbito han cerrado en los nueve primeros meses de 2022). En tercer lugar está industria manufacturera (14%), seguido de los servicios a empresa (12%) y hostelería (10%).
Un buen ejemplo de la situación por la que está atravesando la construcción lo tenemos en el número de licitaciones públicas que han quedado desiertas durante el último año. El último informe de la CNC advierte de que, solo entre enero y septiembre de 2022, el número de licitaciones desiertas fue de 1.455, impidiendo iniciar obras por importe de 652 millones de euros. Una advertencia que realiza después de que a comienzos de año presentara otro informe que señalaba que, entre octubre de 2021 y enero de este año, habían quedado desiertas casi 500 obras por valor de 230 millones.
En concreto, la comunidad autónoma más afectada es Cataluña, donde el número de obras desiertas ha sido de 378, representando un volumen económico por encima de los 130 millones. Por número de licitaciones desiertas, le siguen Castilla-La Mancha (226 obras valoradas en 101 millones), País Vasco (168 licitaciones desiertas con un agujero de más de 62 millones) y Andalucía y Castilla y León, ambas con 147 contratos públicos sin cubrir (por 105 y 56 millones, respectivamente).
Asimismo, la patronal señala que el importe medio por obra sin licitar en el último año supera los 455.000 euros, lo que refleja que las hay de todos los tamaños, afectando tanto a grandes como -especialmente- a las pequeñas y medianas constructoras.
Cláusulas de revisión de precios
La patronal asegura que el importante número de licitaciones que siguen quedando desiertas evidencia que los proyectos que se licitan continúan sin tener en cuenta el sobrecoste de materiales y no incluyen cláusulas de revisión de precios. Como consecuencia, la CNC avisa de que podrías incrementarse los cierres de empresas, paralizando alarmantemente la ejecución de los fondos europeos.
En este sentido, CNC considera insuficientes los esfuerzos reales del Ejecutivo Central por aliviar los sobrecostes al tiempo que le apremia a sacar adelante un nuevo Real Decreto Ley de revisión de precios más ambicioso y libre de condicionantes que no discrimine a la práctica totalidad de las obras e incorpore los precios descontrolados de la energía y otros materiales, cuyo impacto puede llegar a representar el 30% de los sobrecostes totales.