El comercio electrónico ha experimentado un gran auge en los últimos años. Los consumidores ya estaban acostumbrados a comprar en línea perfumes, moda, accesorios, y muchos más productos. Pero con la pandemia llegó un nuevo fenómeno: la compra online de alimentación, y productos de droguería y perfumería.
Ante las dificultades o el miedo a acudir a los supermercados, los consumidores empezaron a hacer también a través de internet las compras esenciales para el hogar. Productos frescos, de cuidado personal, y de limpieza para el hogar, se convirtieron entre 2020 y 2021 en los más adquiridos en línea por muchos españoles. Algunos optaban por hacer su compra en la versión digital de su supermercado de siempre, mientras que otros preferían adquirir ciertos productos en otros canales como Amazon.
Tres años después del comienzo de la pandemia, las ventas por internet de alimentación, droguería y perfumería se van desinflando poco a poco, tal y como ha puesto de maniiuesto el último informe elaborado por la consultora Kantar.
En 2019, el porcentaje de compras de este tipo representaba un 1,9% del comercio online. En 2021 llegó a suponer un 2,9%, pero en 2022 se situó en torno al 2,6%. Aunque el número de compras en línea de productos de consumo es ahora más elevado que hace cuatro años, se aprecia una tendencia a la bajada que los expertos asocian con la situación económica actual.
La crisis ha provocado un cambio de hábitos de consumo
Antes de la pandemia muchos consumidores hacían su compra una o dos veces al mes en establecimientos físicos. Con la llegada del Covid, muchos cambiaron este hábito y empezaron a hacer su compra online.
En 2022, con la subida de la inflación, los consumidores volvieron a cambiar su comportamiento de compra. Ha crecido el número de personas que prefiere hacer la compra de forma personal antes que por internet. Además, ahora los consumidores acuden una o varias veces por semana al supermercado, porque llenan menos la cesta.
También se están adoptando otras medidas para controlar el gasto, como retomar el pago en efectivo en lugar de hacerlo con tarjeta.
Ante la subida de los precios, los consumidores necesitan controlar el gasto y evitar el desperdicio, y esto favorece a la compra en el supermercado frente a la compra online.
Las cadenas de supermercados menos digitalizadas son las más beneficiadas
La vuelta al “súper” de toda la vida ha beneficiado especialmente a aquellas cadenas de supermercados que están menos digitalizadas, como Consum o el Grupo IFA. La mayoría de las marcas integradas dentro de las mismas consiguieron mantener su cuota de mercado durante 2022, o incluso aumentarla.
A la cabeza en ventas siguen estando Mercadona, Carrefour y Lidl, cuyas cuotas de mercado están muy lejos de sus competidores.
Las marcas blancas vuelven a llenar las cestas
Las marcas blancas de los supermercados alcanzaron una gran popularidad durante la crisis económica de 2008. Tras la subida de la inflación, estas vuelven a situarse entre las más presentes en las cestas de la compra de los consumidores españoles. Ya suponen algo más de un 41% de las ventas de las principales cadenas de supermercados.
Para Lidl, Aldi y Mercadona, las ventas de sus marcas blancas suponen entre un 68% y un 79% de sus ventas.
La previsión de los expertos
Los especialistas en consumo y en economía creen que la tendencia irá cambiando de nuevo poco a poco a medida que la situación económica mejore. En los próximos meses los productos de marca blanca irán perdiendo peso en la cesta de la compra.
En cuanto a las compras online de productos de consumo, se espera que las cifras sigan aumentando a corto y medio plazo, aunque lo harán a un ritmo mucho más lento que el que se había producido hasta ahora.