viernes, noviembre 22, 2024
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¿Por qué se ha desatado la fiebre por las letras y los bonos del Tesoro?

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En las últimas semanas se ha reavivado el interés en la compra de deuda pública en forma de letras y bonos del Tesoro y obligaciones del Estado, que parecían haber caído en el olvido en los últimos años ante el auge de otras alternativas de inversión como los NFTs y las criptomonedas.

La constante subida de tipos de interés que está llevando a cabo el Banco Central Europeo (BCE), ha incrementado la rentabilidad de los productos de renta fija, y eso ha estimulado el interés de los inversores en poner su dinero en productos que son son excesivamente volátiles y que entrañan muy poco riesgo.

En todo 2022 se compraron un total de 432 millones de euros de deuda pública en España. En los dos meses que llevamos de 2023, se han superado ya los 400 millones, y las filas en el Banco de España para adquirir letras del Tesoro se han convertido ya en algo habitual. Tanto, que la entidad ha tenido que tomar medidas y empezar a atender solo con cita previa. 

En enero de 2023 las letras del Tesoro tuvieron una rentabilidad aproximada del 3%, la más alta desde 2012, y más elevada de la que están ofreciendo actualmente los bancos en sus depósitos a plazo fijo.

Todo ello ha contribuido a que los pequeños inversores presten de nuevo atención a la renta fija y deseen poner su dinero en activos que llevan aparejado muy poco riesgo de perder lo invertido.

¿Qué son las letras del Tesoro?

Las letras del Tesoro son valores de renta fija emitidos por el Tesoro Público español. 

El Tesoro Público es el organismo encargado de la gestión de la deuda del Estado. Él es el responsable de llevar a cabo las emisiones de deuda pública y de realizar la gestión de la misma.

Las letras del Tesoro son títulos de deuda que el Gobierno utiliza para financiar sus necesidades económicas a corto plazo, con un plazo de vencimiento que varía entre tres y doce meses.

Son emitidas a través de subastas que se realizan de manera regular, normalmente cada dos semanas. En estas subastas, los inversores (institucionales y particulares) pueden participar y adquirir los títulos de deuda.

El interés que se ofrece en las subastas de letras del Tesoro varía en función de la oferta y la demanda. Las letras del Tesoro se consideran valores seguros y estables, por lo que son una opción de inversión interesante para aquellos que buscan rentabilidad a corto plazo y no quieren asumir grandes riesgos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la rentabilidad de estas inversiones suele ser más baja que la de otros activos de mayor riesgo, como las acciones o los bonos corporativos.

Las letras pueden comprarse a través de la web del Tesoro (en las últimas semanas ha estado saturada) y físicamente en las delegaciones del Banco de España. También es posible adquirir letras a través de entidades financieras, pero esta última opción lleva aparejado el cobro de una comisión. En todos los casos, el importe mínimo de la inversión es de 1.000 euros.

La emisión de letras del Tesoro es una forma importante de financiación para el Estado español. El dinero recaudado a través de la venta de estos títulos de deuda se destina a financiar diferentes proyectos y necesidades, como infraestructuras, servicios públicos o programas sociales.

La emisión de letras del Tesoro también es una herramienta para controlar la inflación y la estabilidad de los mercados financieros. Al emitir letras del Tesoro, el Gobierno ofrece una alternativa de inversión atractiva para los inversores, lo que puede reducir la presión inflacionaria al disminuir la cantidad de dinero disponible para invertir en otros activos. Además, la emisión de letras del Tesoro también ayuda a mantener la estabilidad del mercado financiero español, al proporcionar una fuente constante de financiación a corto plazo.

¿Qué son los bonos del Tesoro?

Los bonos del Tesoro son instrumentos financieros de renta fija emitidos por el Tesoro Público.

Se emiten en diferentes plazos, desde los 2 hasta los 30 años, aunque la mayoría de las emisiones se realizan en plazos de 5, 10 y 15 años. 

Los inversores pueden adquirir los bonos del Tesoro tanto en el momento de la emisión como en el mercado secundario, donde se negocian en función de la oferta y la demanda, con la posibilidad de obtener una rentabilidad mayor o menor en función del precio de compra y venta.

Una de las características principales de los bonos del Tesoro es que ofrecen una rentabilidad fija, lo que significa que el inversor sabe de antemano cuánto va a recibir en intereses a lo largo de la vida de la inversión. Esta rentabilidad fija puede variar en función del plazo de la inversión y de las condiciones del mercado en el momento de la emisión.

Otra de las ventajas de los bonos del Tesoro es que son considerados como una inversión segura, ya que el Estado español tiene un alto nivel de solvencia y es poco probable que no cumpla con sus obligaciones de pago. Además, los bonos del Tesoro cuentan con la garantía del Fondo de Garantía de Depósitos, que cubre hasta un máximo de 100.000 euros por titular y entidad financiera.

Son una opción de inversión interesante para los inversores que buscan una rentabilidad fija y segura a largo plazo. Además, permiten diversificar la cartera de inversión, ya que ofrecen una rentabilidad diferente a otros instrumentos financieros, como las acciones o los fondos de inversión.

La “fiebre” por la renta fija

Más allá de la compra de bonos y letras, los interesados en la renta fija también pueden acceder a esta forma de inversión a través de las entidades bancarias y las aseguradoras, que están creando sus propios productos a base de bonos nacionales e internacionales, con un rendimiento medio del 2,9% TAE a dos años, al que hay que descontar los gastos y comisiones que cobra la entidad.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), consciente del gran interés que se ha despertado por los productos de renta fija, está elaborando una guía que ayudará a las entidades a extremar la transparencia a la hora de vender estos productos. Uno de los objetivos prioritarios es que los clientes estén bien informados de que, en caso de necesitar recuperar el dinero antes de tiempo, la aplicación de comisiones y penalizaciones puede arruinar la rentabilidad que se había previsto. También de que la rentabilidad no está asegurada, el inversor no perderá su dinero, pero existe la posibilidad de que no gane nada.

¿Invertir o no invertir en renta fija?

Los pequeños inversores tienen muchas opciones de inversión al alcance de su mano, pero no todos pueden asumir el mismo nivel de riesgo.

La renta fija es una buena opción para aquellos que buscan minimizar el riesgo al máximo. Para quienes deseen arriesgarse un poco más y poder obtener una mayor rentabilidad, lo que aconsejan los expertos es combinar la inversión entre renta fija y variable.

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