viernes, noviembre 22, 2024
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5 consejos para unas finanzas saludables

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Las finanzas personales suelen resultar complicadas de manejar porque en España hay un importante déficit de educación financiera. Esto lleva a que la mayoría de las personas no sepan muy bien cómo manejar sus recursos económicos y no les puedan sacar todo el partido que deberían.

Tomar el control de las finanzas familiares o personales es una de las mejores decisiones que se pueden tomar para evitar que cualquier imprevisto económico pueda acabar en un problema de liquidez.

Con estos cinco consejos, que pueden empezar a aplicarse desde este mismo momento, cualquiera puede caminar con paso libre hacia unas finanzas más saneadas.

Conocer el punto de partida

La mayoría de los españoles desconocen su situación económica real, porque nunca se han sentado a hacer cuentas y calcular cuáles son realmente los ingresos de la unidad familiar y cuáles son los gastos que se deben afrontar mes a mes.

El primer paso para tener un mayor control sobre los recursos económicos es estar al tanto de la situación actual. Una sencilla hoja de cálculo es más que suficiente para poner en un lado los ingresos y en otro los gastos, y luego compararlos.

Para aquellos gastos que no son de periodicidad mensual, como los impuestos o los seguros, lo más recomendable es dividir su importe entre 12 y repartir así ese coste a lo largo de todo el año.

Elaborar un presupuesto

Con los gastos y los ingresos bien claros, se puede trabajar en un presupuesto que consiga que al final de mes haya más dinero disponible para el ahorro. 

Establecer un tope mensual para el gasto resulta de gran ayuda a la hora de evitar gastos que no son realmente necesarios. Al acabar con la tentación de gastar en cosas superfluas, se consigue un ahorro de varios cientos de euros al cabo del año.

En el presupuesto, es importante organizar los gastos y tomar medidas respecto a ellos. Los necesarios no se pueden suprimir, pero quizá se puedan buscar alternativas de ahorro, como intentar contratar una tarifa eléctrica más barata. Respecto a los gastos no necesarios, en la medida de lo posible hay que eliminarlos o, al menos, reducirlos lo máximo posible.

Controlar los gastos hormiga

Incluso en el presupuesto más detallado se suelen pasar por alto los gastos hormiga. Esos pequeños importes que se abonan aquí y allá casi sin ser conscientes de ello: un par de cafés todos los días en el trabajo, propinas, botellas de agua…

Suprimir los gastos hormiga supone un pequeño ahorro diario de apenas unos céntimos o un par de euros, como mucho, pero al final de mes esa cantidad es reseñable, y al final de año puede llegar a superar los 100 euros.

Convertir el ahorro en un hábito

El ahorro no debe ser algo que se practica de forma ocasional si sobra dinero, sino algo habitual. En lugar de guardar a final de mes solo si queda dinero, el truco es aplicar la máxima de “pagarse primero a uno mismo”.

Se trata de determinar cuánto se puede ahorrar y, nada más recibir la nómina, sacar ese dinero de la cuenta y ponerlo en otra destinada al ahorro y que no se va a tocar para nada. Así, el ahorro se convierte en un “gasto” más dentro del presupuesto mensual y se interioriza como un hábito.

Crear un fondo de emergencia

Una avería inesperada en el coche, o la invitación a una boda, pueden descomponer el presupuesto de cualquier persona. Para que esto no se convierta en un problema, los primeros esfuerzos de ahorro deben ir destinados a crear un fondo de emergencia.

Una pequeña “bolsa” de dinero que permitirá hacer frente a imprevistos económicos sin tener que hacer uso del dinero que está en la cuenta corriente que se utiliza para el día a día. Lo ideal es que ese fondo de emergencia esté constituido por el equivalente a dos o tres meses de gastos, e ir creándolo poco a poco.

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