Uno de los efectos directos de la subida de la inflación ha sido el incremento constante desde hace algo más de un año del precio de los alimentos. Aunque se han tomado medidas como la rebaja del IVA en alimentos básicos aplicada desde el pasado 1 de enero, los consumidores siguen sufriendo las consecuencias de una cesta de la compra cuyo precio no para de crecer.
Según las proyecciones del Banco de España, todavía es pronto para poder poner fecha al fin de la situación actual, pero se prevé un crecimiento de la economía mayor del vaticinado hace unos meses, y un descenso de la inflación. Sin embargo, el precio de los alimentos continuará siendo más elevado de la habitual durante algunos meses.
La cesta de la compra es un 16,6% más cara
Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de manifiesto que los precios subieron un 6% durante el pasado mes de febrero en comparación interanual y un 0,9% con respecto al mes de enero.
La subida se debió principalmente al aumento de precios en productos como las legumbres y las hortalizas, seguidas de la carne, el pescado y los mariscos.
Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, considera que no se observan ahora mismo señales de desaceleración en el precio de los alimentos. Las empresas todavía tienen que hacer frente a un importante incremento de precios en los costes de producción y en los energéticos, y esto repercute en el precio del producto final. El experto considera que la situación podría tardar en normalizarse entre uno y dos años.
Respecto a la efectividad de la bajada del IVA, el Banco de España ha manifestado que los precios de los alimentos afectados tuvieron un ajuste del -3,5% en enero. No obstante, el repunte de precios en el mes de febrero se “comió” totalmente el efecto de la medida, porque los productos con IVA rebajado también incrementaron su precio.
La economía española crecerá más de lo esperado
Las previsiones del Banco de España estiman que el PIB crecerá con mayor vigor del esperado. Tras la desaceleración sufrida por la economía en el último semestre de 2022, la entidad ha revisado su previsión de crecimiento y la ha elevado hasta un 1,6%.
El mejor comportamiento del Producto Interior Bruto está causado por las medidas de apoyo fiscal que se han puesto en marcha, la resistencia del mercado de trabajo y a un incremento de la confianza en los agentes económicos.
Se espera que el PIB crezca en el primer trimestre un 0,3%, lo que lo sitúa un 1% por debajo de las cifras prepandemia (2019), pero se espera que la recuperación se acelere en el segundo semestre y qué, para entonces, el PIB esté ya en niveles que igualen a los de 2019.
No obstante, el propio Banco de España ha aclarado que sus previsiones no tienen en cuenta las tensiones financieras que se han producido en las últimas semanas tras la quiebra del SVB y la caída de Credit Suisse.
Estos sucesos podrían rebajar la inflación y la actividad económica, lo que ha obligado a hacer ajustes respecto a las previsiones de cara a 2024. Según la entidad, el crecimiento del PIB español para 2024 sería del 2,3%, cinco décimas por debajo de lo que se había previsto en diciembre del año pasado.
Por lo que respecta a los alimentos, se espera que los precios empiecen a bajar a principio de 2024, cuando la inflación respecto a los mismos se sitúe en torno a un 4,6%.