La Comisión Europea, institución encargada de elaborar las propuestas legislativas, acaba de presentar su plan de reforma de la normativa europea de respuesta ante las crisis bancarias.
El nuevo mecanismo apostaría por una respuesta más rápida y eficiente. Facilitando el acceso a las garantías de los depósitos y la transferencia de fondos desde una entidad en crisis a una entidad competidora.
Más seguridad para depositantes y contribuyentes
La idea central de la reforma es facilitar el acceso a las garantías de los depósitos para que no sean los contribuyentes europeos los que acaben pagando las consecuencias de tener que rescatar a un banco.
Con la legislación actual, las entidades bancarias que operan en un solo país y tienen menos de 30.000 euros en activos, ante una crisis no tienen más salida que la liquidación.
Lo que se busca la nueva propuesta legislativa es que estas entidades puedan acceder a los mecanismos de resolución. Para ello, se pretende darles acceso antes a los Fondos de Garantía de Depósitos.
La resolución permite que la entidad sea intervenida y luego vendida, todo de conformidad a la normativa europea. Por el contrario, la liquidación queda sujeta a la legislación interna de cada Estado, y suele implicar un rescate con dinero público.
Un camino difícil
La propuesta de cambio legislativo acaba de comenzar su andadura, y Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión, ya ha confirmado que el camino a recorrer no va a ser sencillo.
Permitir antes el acceso a la garantía de los fondos puede incrementar el riesgo moral. Los bancos estarían dispuestos a arriesgarse más porque se sabrían más protegidos.
Respecto a este tema, la Comisión señala que: «La capacidad interna de absorción de pérdidas de un banco debe seguir siendo la principal herramienta para financiar la gestión de la quiebra. Pero cuando el uso de sistemas de garantía de depósitos en una situación de resolución sea necesario y esté justificado, estará sujeto a salvaguardias. Este uso no es automático, ya que las autoridades de resolución solo podrán recurrir a ellos en el caso de bancos destinados a la resolución y en determinadas condiciones: [la primera] en caso de que lleguen a la conclusión de que rescatar a los depositantes (para alcanzar el 8%) conduciría a la inestabilidad financiera; [la segunda] cuando la estrategia de resolución lleve al banco en quiebra a salir del mercado; y [la tercera] su importe estará limitado para proteger los fondos del sistema de garantía de depósitos».
La Comisión tiene claro que Francia y Alemania son los países que mostrarán más resistencia ante este posible cambio en la normativa europea. En el caso de Francia, porque su sistema bancario se sustenta en grandes entidades, y en el caso de Alemania porque sus cajas de ahorro locales y regionales tienen un gran peso en su economía. Ambos países siempre se han mostrado contrarios a regulaciones que puedan alterar esas situaciones.
El cambio normativo y las crisis de bancos actuales
La Comisión lleva meses trabajando en su propuesta legislativa, y no quiere transmitir la sensación de que su anuncio está relacionado con las crisis de bancos experimentadas en las últimas semanas tanto en Estados Unidos como en Europa.
De hecho, la reforma es la alternativa que plantea esta institución comunitaria ante la imposibilidad de que la Unión Bancaria se complete con la creación de un fondo comunitario que garantice los depósitos.
«Las recientes quiebras de algunos bancos estadounidenses y suizos, y la tensión resultante en el sector bancario internacional son solo un recordatorio de por qué necesitamos un sistema sólido y funcional para tratar con todos los bancos, independientemente del tamaño, cuando se meten en problemas: también cuando se trata de bancos pequeños y medianos», ha apuntado el Vicepresidente de la Comisión.