La morosidad es uno de los temas más preocupantes para las empresas. Si estas no cobran, no pueden hacer frente a las obligaciones económicas y financieras que tienen pendientes, lo que acaba por generar un efecto dominó.
El Informe de Estabilidad Financiera, recientemente presentado por el Banco de España, pone de manifiesto que la tasa de préstamos con aval ICO que tienen la categoría de dudosos está en ascenso.
En 2020, durante la pandemia, el Estado instrumentó a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), préstamos por valor de 140.000 millones de euros.
Estos préstamos estaban destinados a ayudar a las empresas y autónomos a contar con liquidez en un momento en que su actividad estaba paralizada o prácticamente paralizada por el confinamiento y las medidas restrictivas que se adoptaron a causa del Covid-19.
Efecto del fin de las medidas de alivio
Para que la devolución de los préstamos ICO no se convirtiera en un problema para quienes habían accedido a ellos, las entidades aplicaron moratorias y carencias de pago.
Finalizadas las medidas de alivio, la morosidad ha empezado a hacerse notar.
La tasa de pago dudoso en los préstamos con aval ICO se sitúa ahora en un 7,5%, habiendo ascendido un 78,8% en el último año.
La tasa de dudosidad media que presentan los créditos a empresas está en un 4,5% de media, por lo que la tasa de dudosos en los préstamos ICO es notoriamente superior.
La cartera de préstamos ICO se supervisa con especial cuidado por parte del Banco de España. Es una cartera cerrada (porque este tipo de ayudas ya han finalizado) que está en proceso de reducción a medida que los préstamos se van amortizando, pero esto también está provocando un incremento constante en la tasa de dudosos.
Dificultad para realizar los pagos a tiempo
La crisis del Covid-19, sumada a la crisis de la inflación que llegó después, ha afectado gravemente al tejido empresarial. Durante el último trimestre de 2022, las quiebras de empresas se incrementaron un 59,5% en comparación interanual.
En el caso de las empresas que logran sobrevivir, estas se están viendo afectadas por la falta de liquidez. Una gran parte de ellas experimenta dificultades para realizar sus pagos a tiempo.
El plazo medio de pago de las facturas por parte de las empresas españolas ha subido hasta los 9,5 días durante el primer trimestre de 2023. Esto son 0,38 días más que en el último trimestre de 2022.
El informe «Estudio sobre comportamiento de Pago de las empresas españolas» elaborado por Informa D&B, pone de manifiesto que solo el 28% de las facturas elaboradas en el primer trimestre se han abonado dentro de plazo. El 68% restante han sufrido retrasos de hasta 30 días.
Las grandes empresas son las que peor pagan
Atendiendo a las categorías empresariales, un 48% de las microempresas y un 42,7% de las pequeñas empresas consiguen pagar sus facturas dentro del plazo fijado.
Solo un 27,5% de las medianas empresas han conseguido abonar sus facturas dentro del tiempo pactado, mientras que en el caso de las grandes empresas solo un 12,7% de ellas pagaron sus facturas a tiempo durante el primer trimestre.
Por tiempo de retraso. De media, las medianas empresas han registrado una demora de 13,3 días para hacer el pago, y las grandes de 15,6 días. Las microempresas son las que más tiempo retrasan el pago, hasta los 18,2 días de media sobre el plazo previamente pactado.
Por sectores, las mayores dificultades de pago se han registrado en el sector administrativo, seguido de la hostelería. En el lado contrario están los sectores de la sanidad y la educación, que son los que menos se retrasan a la hora de pagar sus facturas pendientes