Alemania, país que tradicionalmente ha sido considerado como el motor económico de Europa, ha entrado en recesión técnica tras un primer trimestre en el que el crecimiento se ha estancado. Una situación que podría pasarle factura al resto de países de su entorno.
El primer país de la UE en entrar en recesión técnica
Aunque el último año ha sido especialmente complicado a nivel económico, los países de la Unión Europea han logrado mantenerse libres de recesión.
Sin embargo, tras un primer trimestre en el que la desaceleración ha sido más importante de lo previsto, Alemania se ha convertido en el primer estado de la UE en entrar en recesión.
Entre octubre y diciembre de 2022 la caída del Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania fue de un 0,5%. Durante el primer trimestre de este año la caída ha sido de un 0,3%. Estos dos trimestres acumulados de descenso en el PIB permiten hablar oficialmente de una economía en fase de recesión.
Causas de la recesión en Alemania
El primero de los factores que explica la situación que está viviendo este país es que durante mucho tiempo ha sido altamente dependiente del gas ruso, que compraba a precio barato.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha disparado los precios del gas, e incluso ha dado lugar a cortes en el suministro.
A la crisis energética se ha sumado la elevada inflación, que se mantiene en niveles por encima del 7%. Provocando que el gasto de los hogares descienda un 1,2% en comparación intertrimestral.
La bajada en el consumo privado ha arrastrado al sector de las manufacturas y al industrial.
Donde sí se registraron datos positivos durante el primer trimestre fue en las exportaciones, en la inversión y en el sector de la construcción. A pesar de ello, el crecimiento en estos sectores no ha sido suficiente para paliar los efectos negativos de la caída del consumo en otros.
Un riesgo para el resto de Europa
La situación de estancamiento en el crecimiento económico que está experimentando Alemania ha puesto en alerta al resto de sus socios europeos.
La economía alemana es una de las más fuertes de la UE. Su caída llevará a una revisión a la baja del PIB del primer trimestre en el conjuntó de la Unión, lo que podría dar como resultado un crecimiento negativo y poner a la UE al borde de la recesión.
En el caso concreto de España, la recesión alemana puede tener un impacto considerable, porque es el segundo país europeo (después de Francia) que más dinero aporta a la economía española a través del comercio y el turismo.
Desde Alemania llegan a España cada año unos 10 millones de turistas y, según fuentes del INE, cada uno de ellos se gasta una media de entre 1.000 y 1.400 euros durante su visita. Con su economía en crisis, la llegada de turistas alemanes podría ser inferior a lo largo del próximo verano.
Además, Alemania importa unos 34.000 millones de euros al año en bienes procedentes de España, especialmente en maquinaria y piezas para el sector automovilístico.
Alemania es optimista
Los datos no están siendo buenos en estos primeros meses del año, pero el Gobierno alemán se mantiene optimista y ha confirmado su previsión de crecimiento de un 0,4% para este año.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la economía alemana se contraerá un 0,1% y que en 2024 remontará con un crecimiento del 1,1%.
El «miedo» a la recesión en Estados Unidos
Al otro lado del Atlántico, la situación en Estados Unidos no es mucho mejor. Los analistas no se ponen de acuerdo sobre en qué momento se podrá hablar de recesión, pero lo que sí parece claro es que esta va a llegar tarde o temprano.
Esto dispara la incertidumbre sobre qué ocurrirá con los tipos de interés en Estados Unidos y en Europa. Para los expertos, la recesión podría provocar que los tipos de interés crecieran a un ritmo más lento, pero se que mantuvieran altos durante un período de tiempo más largo.