A las puertas de un verano en el que se prevé que se alcancen cifras históricas en cuanto al turismo, los hosteleros afrontan un grave problema a la hora de conformar sus plantillas, porque no hay camareros suficientes.
En cuatro años, el sector ha perdido más de 32.000 camareros y 3.000 cocineros, tal y como se desprende del informe «El modelo turístico ante la encrucijada de la recuperación», elaborado por CCOO.
Gran parte del personal que trabajaba en hostelería emprendió un proceso de reciclaje profesional durante la pandemia, ante la imposibilidad de poder trabajar en bares y restaurantes que estaban sujetos a fuertes restricciones.
Tras la vuelta a la normalidad, muchas de esas personas ya no tienen interés en volver a trabajar en la hostelería. Y el sector tampoco parece atraer a quienes no tienen experiencia en él.
Las condiciones laborales están tras la falta de camareros
El informe de CCOO destaca que las malas condiciones laborales que se ofrecen a los camareros son las principales responsables de que los hosteleros no encuentren personal suficiente para cubrir todas las vacantes ofertadas.
El turismo da empleo a 1,56 millones de personas. De ellas, un 73,5% trabajan en el sector de la restauración. Sin embargo, la ocupación ha ido descendiendo paulatinamente desde 2019.
La pérdida de empleo se aprecia especialmente en los bares y restaurantes.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario medio de un camarero es de unos 1.500 euros brutos al mes. Esto, unido a que las jornadas de trabajo son largas e implican trabajar fines de semana y festivos, provoca que cada vez menos personas se interesen por esta profesión.
Algunos especialistas añaden que, además de las condiciones laborales, la inestabilidad de este tipo de puestos también juega en su contra. En 2022, solo uno de cada diez contratos de camarero eran fijos.
Muchos camareros saben que su contrato se circunscribirá a los meses de verano, y prefieren buscar otro trabajo que les aporte una mayor estabilidad.
El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, ha remarcado que no se trata de que no haya voluntad de trabajar, sino de que las condiciones laborales no son las adecuadas como para que la gente se interese por el trabajo de camarero.
La falta de formación precariza el sector
Un reciente estudio de Infojobs destaca que muchos puestos de camarero se cubren con personas que no tienen una formación especializada, y esto hace que los salarios y el resto de condiciones laborales sean cada vez más precarias.
La tasa de matriculaciones en las formaciones profesionales relacionadas con la hostelería es de un 12%, mientras que en el resto de Europa es de un 25%.
Sin embargo, España cuenta con grandes escuelas de hostelería, y sus alumnos son reclamados a nivel internacional. De hecho, muchos camareros que cuentan con una formación reglada deciden irse a trabajar al extranjero, donde perciben un salario mayor, tienen mejores condiciones laborales, y se sienten más valorados.
Un problema para todo tipo de negocios
La falta de personal cualificado para cubrir los puestos de camareros y los puestos de cocina es algo que afecta a todo tipo de establecimientos de hostelería, incluso a los restaurantes de prestigio.
Cada vez más restaurantes de alta cocina encuentran dificultades para conformar un equipo de trabajo que sea estable, algo que puede acabar afectando a la calidad del servicio.
La falta de conciliación, uno de los principales inconvenientes
Para quienes han trabajado en la hostelería y han decidido dejarlo, el principal motivo para hacerlo es la imposibilidad de conciliar.
Con jornadas que pueden llegar a ser de 60 horas semanales, y ante la imposibilidad de disfrutar de tiempo libre, el trabajo en la hostelería se perfila como algo que solo pueden sobrellevar bien aquellos que tengan una verdadera vocación por trabajar en este campo.