El pasado mes de abril marcó un hito en el sector de la industria española. Después de 25 meses consecutivos de crecimiento en comparación interanual, se experimentó una caída de la cifra de negocios del 8,1% con comparación con abril del 2022.
Por sectores, el de la energía es el que más volumen de negocio perdió, seguido del de los bienes intermedios y los bienes de consumo duraderos. En el lado contrario están la industrias de bienes de equipo y de bienes de consumo que sí vieron crecer su facturación.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el sector servicios sí registró crecimiento en abril con respecto a abril de 2022, pero este se moderó y fue de un 0,8%. Marcando la tasa de crecimiento más baja de este sector desde febrero de 2021, cuando todavía estaban en vigor muchas de las medidas restrictivas para hacer frente a la pandemia de Covid-19.
Por segmentos, el del comercio registró un descenso del 0,4% en su facturación en comparación interanual, pero otros segmentos como el reparación de vehículos, las actividades administrativas o los servicios auxiliares aumentaron su facturación.
Causas de la bajada de la demanda en la industria
Es habitual que el Indice General de Producción Industrial (IPI) descienda por problemas en la cadena de suministro, por medidas proteccionistas frente a las exportaciones adoptadas por otro Estados, y por el desplazamiento tecnológico.
A pesar de ello, en los últimos meses el descenso en el volumen de facturación en la industria está causado por una demanda reducida.
Con menor poder adquisitivo por parte de los consumidores, y con las empresas teniendo más dificultades para acceder al crédito, la demanda de productos industriales ha bajado.
Para los expertos, esto es una muestra de la ralentización de la economía y, si la caída se mantiene durante varios meses, acabaría por afectar al Producto Interior Bruto (PIB).
Hasta hace unos meses, las industrias debían hacer frente a una subida desmesurada de los precios del gas, algo que contribuyó a que los costes de producción se incrementaran. Sin embargo, ahora que el precio de este combustible se ha moderado, el consumo energético de las industrias españolas sigue a la baja. Desde el punto de vista económico, esto pone de relieve que la bajada de los costes de producción no ha impulsado el crecimiento de la industria española, que se sigue viendo lastrada por una bajada en la demanda por parte de los consumidores.
Cifra de negocio por regiones
De los datos hechos públicos por el INE también se desprende que la caída de la facturación en la industria no solo está relacionada con lo que ocurre en el país.
El mercado interno se ha contraído un 7,2% con respecto a los resultados de abril de 2022, pero el descenso del mercado europeo ha sido de un 9,5%.
Por comunidades autónomas, la cifra de negocio industrial solo aumentó en abril en Canarias, en Navarra y en la Comunidad de Madrid. Con crecimientos de un 7,6%, un 3,3% y un 3,2%, respectivamente.
Mientras que los mayores descensos se produjeron en Región de Murcia, Andalucía y Principado de Asturias. Tratándose, además, de caídas de gran envergadura, llegando a un 20,5% en Murcia, un 17,3% en Andalucía y un 14,8% en Asturias.
El objetivo de hacer crecer el sector industrial
La industria aporta al PIB un 15,31%, y se espera que su aportación llegue al 20% en unos años. Para ello, se han puesto en marcha diferentes iniciativas de sostenibilidad y digitalización financiadas a través de los fondos Next Generation procedentes de Europa.
Los expertos creen que la clave está en darle más peso a la innovación, fomentar la colaboración empresarial y el crecimiento empresarial, y ofrecer incentivos fiscales para quienes apuesten por este tipo de medidas.
Los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) se perfilan ahora como la solución para conseguir que la industria española crezca y sea más competitiva a nivel internacional.