En las rebajas de invierno cada español gastó de media 275 euros, lo que supone diez puntos menos con respecto a los datos de 2022.
El gasto medio es el resultado de aplicar la estadística. Es decir, que habrá personas que no gasten nada durante las rebajas, y otras cuyo gasto rebase con mucho eso 275 euros de media.
De cara a las rebajas de verano, se espera que el consumo medio vuelva a descender.
Aunque los precios han empezado a moderarse en los últimos meses, llenar la cesta de la compra todavía es mucho más caro de lo que lo era hace un año. Esta situación ha mermado el poder adquisitivo de los consumidores y, por eso, los especialistas creen que la campaña de rebajas de verano no será tan buena como en ocasiones anteriores.
Las ofertas de verano son un buen momento para adquirir productos necesarios a un precio más bajo del habitual, especialmente ropa y calzado. Sin embargo, las estrategias de marketing de los comercios consiguen que los clientes pongan en su cesta de la compra muchos más artículos de los que tenían pensados en un principio. Con frecuencia, cosas que realmente no necesitan.
Comprar «con inteligencia» en las rebajas puede ser complicado, pero no es imposible. Se puede lograr aplicando una serie de consejos útiles.
Hacer una investigación previa
En los últimos años han salido a la luz fraudes de empresas que suben los precios justo antes de días de descuentos especiales, como el Black Friday, para luego acabar ofreciendo el producto al mismo precio que tenía originariamente, pero bajo el pretexto de que está de oferta.
En el caso de las rebajas, es obligatorio que el consumidor pueda ver el precio no rebajado y el precio actual o el tanto por ciento de descuento que se aplica. El problema es que el cliente no puede estar seguro de que el precio que se muestra como original lo fuera realmente en su momento.
Cuando se trata de hacer un gran gasto, es importante asegurarse de que la oferta es buena. En casos como este, los expertos aconsejan empezar a tomar nota de los precios unos días antes de las rebajas, para luego comprobar si realmente el descuento es tan grande como se anuncia.
Utilizar cupones y tarjetas de fidelidad
Muchas tiendas ofrecen cupones a quienes ya han realizado compras con anterioridad en ellas. O disponen de tarjetas de fidelidad en las que los clientes acumulan saldo que luego pueden descontar en sus compras.
Las rebajas son un buen momento para hacer uso de este tipo de promociones de fidelidad, porque así se puede conseguir un precio todavía más bajo.
Hacer una lista de deseos
Elaborar una lista de la compra es un truco de ahorro que funciona muy bien cuando se trata de ir al supermercado. Pero también da buenos resultados ante otras compras, como las de ropa.
Se trata de establecer prioridades y determinar qué es realmente necesario comprar durante la rebajas.
Los expertos en moda recomiendan aprovechar la época de descuentos para adquirir prendas básicas que conformen un fondo de armario del que puedan extraerse estilismos para todas las ocasiones.
En lugar de gastar dinero en prendas de temporada que apenas van a usarse, resulta más inteligente gastar el dinero en ropa más versátil y que se pueda combinar entre sí: pantalones vaqueros, camisetas básicas, un pantalón negro de vestir, una camisa blanca, etc.
Tener una lista de deseos, y priorizar dentro de ella aquellos productos que son más necesarios, ayuda a reducir las compras por impulso.
Fijar un presupuesto
Una fórmula muy efectiva para no gastar más de lo necesario es establecer un presupuesto para toda la campaña de rebajas.
Se aconseja además, tener ese dinero en efectivo y ponerlo en un sobre. Una vez que se acabe la cantidad presupuestada, no se puede comprar nada más.
Esta es una de las formas más útiles que existen para evitar las compras por impulso, y también para aprender a priorizar a la hora de tomar decisiones de compra.
No hacer una «jornada de compras»
Para muchas personas es habitual reservar un día para visitar tiendas, pero los especialistas señalan que esto dispara la compra por impulso.
Ir de tienda en tienda despierta el deseo de comprar, y hace que se olviden las prioridades.
Lo más recomendable en estos casos es destinar un día para buscar una o dos prendas de la lista de deseos, y dejar el resto para otro momento. Así es más fácil mantener el foco. Una vez que se tiene lo que se había ido a buscar, lo mejor es no entrar en más tiendas.
Calidad antes que cantidad
Cuando se trata de ropa y calzado, la tendencia actual de la moda low cost antepone la cantidad a la calidad. Sin embargo, está demostrado que esto acaba por incrementar el gasto.
Unos vaqueros de calidad pueden costar 80 euros en rebajas. A cambio, durarán varios años y por un tiempo no habrá que invertir más en compras de este tipo.
Unos vaqueros de 20 euros dejan más presupuesto libre para adquirir más prendas, pero es posible que no duren más de un año. Esto implica que al año que viene habrá que volver a realizar una inversión en la misma prenda, en lugar de adquirir otras diferentes.
Comprar ropa de la temporada siguiente
Durante las rebajas, la ropa es el artículo más deseado por todos los consumidores. Aunque ahora se pueden encontrar prendas veraniegas a un precio más barato, se le puede sacar todavía más partido al presupuesto comprando prendas para la temporada siguiente.
Entre los tops y las camisetas de manga corta siempre aparece algún jersey que, como no es una prenda de temporada, tiene un precio mucho más bajo de lo habitual.
Una manera eficiente de aprovechar el presupuesto es utilizar las rebajas para comprar ropa para la temporada siguiente: ropa de verano en las rebajas de invierno, y ropa de invierno en las rebajas de verano. Con la misma cantidad de dinero, se pueden adquirir más prendas, e incluso de mejor calidad.
Hay que reclamar si es necesario
Que un producto esté de oferta no quiere decir que los consumidores pierdan los derechos que tienen habitualmente.
Si alguno de los productos adquiridos no es acorde a lo esperado, se puede devolver. De la misma manera, si se tratara de un producto tecnológico o de un electrodoméstico, aunque se compre en rebajas, se puede exigir su garantía en caso de que salga defectuoso.