Antes del último trimestre de 2022, la confianza de los empresarios alemanes respecto a la evolución de la economía de su país estaba en cotas bajas. No obstante, la recuperación experimentada hacia final de año, hizo que esa confianza creciera. Ahora, tan solo unas semanas después de anunciarse la entrada del país en recesión técnica, los empresarios vuelven a perder parte de su optimismo.
Alemania está considerada la locomotora económica de Europa, y sus socios europeos siguen de cerca lo que ocurre en su economía, que siempre suele ser un modelo a seguir.
El poderío industrial alemán ha llevado a sus empresarios a tener un índice de confianza que suele ser bastante elevado. Las cotas más bajas se alcanzaron entre noviembre de 2008 y marzo de 2009, en mitad de la crisis económica. Desde entonces, hasta finales de 2022, el índice de confianza elaborado por el Instituto de Investigación Económica de Múnich siempre había arrojado datos estables y tendentes al alza.
La crisis de la energía que se inició con la invasión de Ucrania por parte de Rusia a principios de 2022, golpeó especialmente a Alemania, que hasta entonces tenía un alto nivel de dependencia del gas ruso y ya no podía consumirlo a causa de las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea. Fenómeno que le ha pasado factura a su sector industrial, y a los empresarios que operan en él
Vaivenes en los índices de confianza
Tras varios meses consecutivos de descenso en el índice de confianza de los empresarios alemanes, este volvió a repuntar en el último trimestre de 2022, impulsado por la cercanía de la campaña navideña.
El optimismo se extendió más allá de la Navidad. Subió hasta 90,2 puntos en enero, y continuó al alza en los siguientes meses.
En mayo, el índice de confianza en la situación actual estaba situado en un 94,8, pero en junio descendió hasta el 93,7. Convirtiéndose en el peor dato registrado desde noviembre de 2022.
Las expectativas también están bajando. Si en mayo este subíndice era de 88,3 puntos, en junio ha descendido hasta los 83,6 puntos.
La pérdida de confianza afecta a casi todos los sectores económicos
Alemania está en recesión técnica, y las previsiones de crecimiento no son demasiado positivas. Los especialistas creen que el país finalizará el año con un crecimiento cero con respecto a 2022.
La caída de la confianza de los empresarios en el sector manufacturero ha sido especialmente importante, debido a un descenso en las expectativas.
En el sector servicios, las empresas están reduciendo sus expectativas para este año. Fenómeno que también se ha producido en el sector de la construcción.
Solo el sector del comercio se muestra un poco más optimista. Aunque el negocio ha bajado, los empresarios han mejorado ligeramente sus expectativas de cara al verano.
Perspectivas para 2023
Alemania vivió el año pasado la que ya se conoce como la crisis del gas. A pesar de ello, superó las expectativas y logró que la ralentización de su economía no se tradujera en una recesión.
A final de año el país había logrado crecer un 1,9%, que era más de lo que se esperaba.
El gasto llevado a cabo por los consumidores alemanes fue el principal pilar del crecimiento económico del país, recuperándose casi el nivel de consumo anterior a la pandemia. Y es que el fin de las medidas restrictivas impulsó a los ciudadanos a gastar más en ocio, entretenimiento, cultura, alojamiento y restauración.
A pesar de los datos más o menos positivos de final de año, los especialistas ya auguraban que la recesión técnica podía llegar, cosa que finalmente ha pasado. Pero creen que Alemania está bien preparada para hacerle frente y que la economía empezará a recuperarse poco a poco.
Para este año, el crecimiento podría ser igual a cero, pero los analistas creen que 2024 y 2025 serán años de crecimiento, aunque este sea un crecimiento lento y moderado.