Julio y agosto son los meses preferidos por los españoles para disfrutar de las vacaciones. Las tendencias han cambiado y ya no es común pasar fuera todo el mes. Ahora como mucho, los viajes duran 15 días.
El coste de las vacaciones se ha disparado, y más este año que, por efecto de la inflación, tanto el transporte, como comer fuera de casa, o alojarse en un hotel, tienen un precio más elevado que en épocas anteriores.
No obstante, todavía es posible disfrutar de esta época de descanso sin que el bolsillo sufra demasiado. Solo hay que aplicar unos pequeños trucos.
Establecer un presupuesto
La creación de presupuestos es una de las claves del ahorro y de la gestión eficaz de las finanzas personales.
Para que la vuelta a casa no se convierta en un quebradero de cabeza por la falta de recursos económicos, lo que aconsejan los especialistas en finanzas es fijar un presupuesto antes de salir de viaje.
Esto ayuda a contener el gasto y a establecer prioridades a la hora de disfrutar de las vacaciones.
Reservar con antelación o a última hora
Comprar billetes de tren o de avión, o reservar un hotel o un apartamento, puede ser mucho más caro si se hace a medida que se acercan las fechas de descanso.
Muchos consumidores se han acostumbrado ya a hacer las reservas con antelación de varios meses y así consiguen ahorrar.
Para aquellos que no han sido tan previsores, la alternativa es arriesgarse y esperar a última hora, porque siempre acaban apareciendo buenas ofertas.
El estudio «Nuevas alturas para viajeros aéreos» de Expedia y Airlines Reporting Corp., confirma que el mejor día de la semana para comprar billetes de avión es el domingo. En ese momento se puede ahorrar entre un 20% y un 36%. Por el contrario, el viernes es el peor día para las reservas aéreas, ya que es cuando los billetes están más caros.
Elegir destinos más económicos
Sin salir de España es posible encontrar destinos en los que pasar un tiempo de descanso muy agradable, alejados del jaleo de las zonas más turísticas, y por un precio mucho más barato.
Existen muchos pueblos ubicados en bonitos enclaves naturales que son perfectos para una desconexión absoluta.
Aprovechar la gastronomía local
Comer en un chiringuito a pie de playa, o en el restaurante de moda de la ciudad que se está visitando, siempre es un placer, pero puede llegar a resultar demasiado caro.
Una forma de ahorrar es limitar al máximo este tipo de salidas. El resto de días se puede disfrutar de la gastronomía local.
Dando un paseo por el pueblo o la ciudad destino de vacaciones, es posible encontrar restaurantes no tan turísticos, pero que ofrecen productos de calidad a un precio más moderado.
Aprovechar las ofertas de ocio locales
Tanto en el lugar de vacaciones como en la ciudad de residencia, se pueden encontrar muchas actividades de ocio que son gratuitas, o cuentan con grandes descuentos. Por ejemplo, conciertos al aire libre, exposiciones, cine de verano, etc.
Estar al aire libre
Poder estar al aire libre es una de las grandes ventajas del buen tiempo, y la mayoría de las actividades que se pueden hacer son gratuitas: ir a la playa, hacer una ruta de senderismo, salir a dar un paseo en bici, organizar un picnic en un parque…
Viajar en grupo
Salir de vacaciones con amigos o familia es una forma de pasarlo bien y, a la vez, ahorrar dinero, porque se pueden compartir gastos de transporte y de alojamiento.
Pequeños ajustes como estos permiten disfrutar al máximo del tiempo libre sin tener que preocuparse por el bolsillo.