A pesar de que en los últimos años las compañías han tomado medidas para que entender la factura eléctrica le resulte algo más sencillo a los consumidores, lo cierto es que para la gran mayoría de ellos sigue sin quedar del todo claro qué es lo que pagan y qué tarifas se les están aplicando.
La factura de la luz se convirtió en un problema especialmente grave para las familias españolas a principios de 2021, aunque casi una década atrás ya se habían vivido episodios de grandes subidas. La diferencia es que en esta ocasión el mercado no ha llegado a una moderación y los precios sufren grandes fluctuaciones. Fenómeno que se debe a la variedad de factores que influyen en el precio de la energía.
Precio en el mercado mayorista de la electricidad
El mercado mayorista de electricidad es en el que se negocia el precio de la energía eléctrica, y funciona a través de una serie de subastas diarias que determinan el precio de la electricidad para cada hora del día.
La oferta viene determinada por los costos de generación de electricidad, que derivan de los precios de los combustibles que son necesarios para generar electricidad (gas natural, petróleo, energías renovables, etc.). Pero también por los costos asociados al transporte y la distribución.
El sistema se basa en una subasta marginalista en la que los generadores de electricidad ofrecen su producción a un determinado precio. Se empieza por el que ofrece el precio más bajo y se van sumando las ofertas más caras hasta cubrir la demanda. El precio que cierra la subasta es el de referencia para todas las ofertas aceptadas.
Precios de los combustibles
La generación de electricidad necesita de combustibles fósiles cuyo precio va a influir directamente en el precio al que los generadores ofrecen su producto en el mercado mayorista.
Los precios de combustibles como el gas natural, el carbón o el petróleo vienen determinados por múltiples factores como la oferta y la demanda global, los costos de producción, las políticas energéticas, y hasta los eventos geopolíticos, como ha quedado demostrado a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
A media que sube el precio del gas natural y del carbón también suben los costos de la generación eléctrica, ya que son los combustibles que más se consumen en las centrales térmicas. Y si suben los costos de producción, suben los costos a los que se comercializa la electricidad.
Coste de las energías renovables
La energía solar y la eólica han cobrado un gran protagonismo en la generación de electricidad.
Su costo se ve afectado por factores como el precio de desarrollo de las infraestructuras, las labores de operación y mantenimiento, la aplicación de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia, y la existencia o inexistencia de subvenciones e incentivos gubernamentales.
En los últimos años han disminuido los costos de obtención de las energías renovables, lo que ha contribuido a una disminución del precio de la energía eléctrica en la parte que procede de fuentes renovables.
Impuestos y cargos regulados
En la factura eléctrica se pueden observar una serie de cargos que no tienen que ver necesariamente con el consumo eléctrico, y que se destinan a sufragar las políticas energéticas puestas en marcha a nivel gubernamental y los costos asociados al sistema eléctrico.
Además del IVA, que grava el consumo energético, los consumidores también pagan el impuesto eléctrico o Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE), cuya cuantía se calcula atendiendo al consumo y la potencia contratada (antes de aplicar el IVA).
El tipo impositivo es de 5,113%, aunque en la actualidad está reducido al 0,5% a consecuencia de las medidas implantadas para paliar la crisis energética.
Además, la factura eléctrica también lleva cargos asociados para la financiación de las subvenciones destinadas a la producción de energías renovables.
Así como cargos por costos del sistema eléctrico que buscan cubrir costos como el transporte, la distribución y la operación del sistema. Dinero que se destina a la financiación de la construcción y mantenimiento de las infraestructuras eléctricas.
Por último, los consumidores que no tienen el contador eléctrico en propiedad (que son la mayoría) pagan un alquiler por el mismo. El precio de este alquiler está regulado y oscila entre 0,81 y 1,36 euros al mes.
La influencia de la demanda
Además de todos los cargos y gastos adicionales que incluye la factura de la luz, el factor que más influye en el precio final que pagan los consumidores es la relación entre la oferta y la demanda.
Si el mercado demanda mucha energía, no es posible atender a la misma con la energía procedente de fuentes de energía renovables (que es más económica). Hay que recurrir a las fuentes de generación más caras, y esto hace que el precio de subasta sea mayor.
Esto es lo que hace que la electricidad sea más cara en los momentos en los que resulta más necesaria, como en las olas de calor durante el verano y las olas de frío en el invierno.
El precio de la luz se ve afectado por tantos factores diferentes, que resulta especialmente complicado que se mantenga estable durante mucho tiempo.
El precio de la luz y su influencia en la economía doméstica
La factura eléctrica puede convertirse en un problema para los hogares españoles porque, por mucho que los consumidores intenten ahorrar, si el precio del kilowatio/hora está muy caro, el precio final a pagar continuará siendo elevado.
En los últimos años los consumidores han hecho frente a facturas cuyo precio es muy alto, aunque el consumo eléctrico sea menor. Esto ha incrementado la proporción de ingresos que hay que destinar al pago de la luz, reduciendo los recursos disponibles para atender a otras necesidades básicas.
En los casos más graves, un precio más alto de la luz empeora todavía más la situación de pobreza energética. La sufren muchas familias que no pueden satisfacer sus necesidades básicas de energía, como mantener su vivienda a una temperatura adecuada. A pesar de que existe el bono social eléctrico, la medida no llega a ser suficiente.