El acceso a los fondos europeos Next Generation supuso para los países tener que hacer algunas concesiones. En el caso de España, una de ellas fue establecer un sistema de pago por uso en carreteras y autovías que ahora mismo son de utilización gratuita.
La medida debería haber entrado en vigor en 2023, pero se consiguió una moratoria hasta 2024 a raíz de la crisis derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Según los datos de la Asociación Española de la Carretera, la red nacional acumula una falta de mantenimiento que supera los 10.000 millones de euros. Por ello, la práctica totalidad de lo recaudado en los nuevos peajes (desde el Gobierno no se los designa como tales) se destinará a dicho mantenimiento.
Incertidumbre sobre cómo funcionará el nuevo sistema
A tan solo unos meses de la entrada en vigor del sistema de pago, todavía hay muchas dudas sobre cómo funcionará.
Se ha barajado la posibilidad de establecer una tarifa blanda de entre uno y nueve céntimos por kilómetro recorrido, y también la alternativa de no cobrar en determinados trayectos como los que se lleven a cabo para ir al trabajo o por motivos de salud.
El precio también podría variar en función de la carretera de que se trate, del volumen de tráfico, y del tipo de vehículo que se conduzca.
Tampoco se conoce la fecha exacta de implantación. El compromiso con Europa impone la necesidad de establecer el sistema de pago por uso en 2024, pero no se ha llegado a hablar de fechas concretas.
Lo que sí parece claro es que será un peaje dinámico y que los conductores no tendrán que estar parando para hacer el abono del mismo. Un lector de matrículas fotografiará las matrículas y calculará los kilómetros recorridos, emitiendo después la correspondiente factura. Un sistema similar al que ya está instalado en otras carretera europeas, como ocurre en Portugal.
¿Qué carreteras estarán afectadas por esta medida?
La tarifa se cobrará a los usuarios de la red de carreteras de alta capacidad. Esto incluye autovías y autopistas que ahora mismo son de uso gratuito al haberse extinguido la concesión sobre las mismas.
Las autopistas que sí cobran peaje seguirán funcionando como hasta ahora, ya que en caso contrario se estaría cobrando dos veces por lo mismo.
Las carreteras de Cataluña, País Vasco y Navarra no se van a ver afectadas por este nuevo sistema, porque están fuera de la red de carreteras del Estado. No obstante, en el País Vasco ya existe un sistema similar desde 2022.
Un riesgo para la seguridad vial
Las carreteras de doble sentido no forman parte de este plan de funcionamiento. Son precisamente estas las que tienen un peor estado de mantenimiento.
Las asociaciones de automovilistas creen que la nueva medida de cobrar por circular por autovías derivará una mayor cantidad de tráfico a las carreteras secundarias, lo cual podría incrementar los siniestros graves, al ser vías de doble sentido y en mal estado.
Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) no están de acuerdo con esta afirmación. Creen que las carreteras secundarias se continuarán usando como hasta ahora, para viajes de corta o media distancia, pero que no habrá un trasvase masivo de tráfico cuando se trate de hacer viajes largos.
Este es un tema que genera dudas entre los conductores, porque un viaje Madrid-Barcelona, a tres céntimos el kilómetro (podrían llegar a ser hasta 9 céntimos por kilómetro recorrido), sale a algo más de 18 euros que habría que sumar al precio del combustible.