La Comisión Europea ha actualizado sus previsiones económicas, reflejando un panorama mixto tanto para España como para la Unión Europea en su conjunto.
Para España, se espera un crecimiento económico del 2,2% este año, marcando un aumento del 0,3% en comparación con las estimaciones anteriores. Este impulso se atribuye principalmente a los robustos resultados económicos registrados durante la primera mitad del año. Sin embargo, se proyecta una desaceleración en 2024, con un crecimiento estimado del 1,9%.
Un conjunto de factores, entre los que destacan la desaceleración del sector turístico y el endurecimiento de las condiciones financieras, podrían afectar la economía española en la segunda mitad de 2023. Además, se espera que la inflación en España disminuya al 3,6% en 2023 y al 2,9% en 2024, en gran parte debido a la reducción gradual de los precios de la energía y a las medidas gubernamentales de regulación.
Previsiones para la economía de la UE
A nivel comunitario, las previsiones para la economía de la Unión Europea han sido revisadas a la baja, con proyecciones de crecimiento del 0,8% en 2023 y del 1,4% en 2024. La inflación en la zona euro también se espera que disminuya, llegando al 5,6% en 2023 y al 2,9% en 2024.
Estas cifras subrayan una desaceleración económica en la UE durante la primera mitad de 2023. La Comisión Europea destaca los altos precios al consumo y la desaceleración en la concesión de créditos bancarios como algunos de los desafíos principales. A pesar de un sólido desempeño laboral y salarial, la demanda interna ha sido débil, afectada en parte por los altos precios de los bienes y servicios.
El escenario mundial ha presentado un rendimiento moderado, con China mostrando resultados económicos por debajo de las expectativas. No obstante, la Comisión mantiene sus perspectivas para el crecimiento y el comercio global.
En relación con los riesgos futuros, la actual conflictividad en Ucrania y las tensiones geopolíticas representan una preocupación considerable. Además, los desafíos climáticos, evidenciados por eventos extremos como incendios e inundaciones, también amenazan las proyecciones económicas europeas.
Este panorama subraya la importancia de una gestión prudente y estratégica para enfrentar los desafíos económicos actuales y futuros en Europa.