El 1 de enero de 1999, los Estados de la Unión Europea adoptaron el euro como moneda común, aunque no fue hasta el 1 de enero de 2002 cuando la nueva moneda entró en circulación.
El cambio de las divisas nacionales a una moneda única supuso todo un reto que implicó años de estudios para asegurarse de que el resultado iba a ser positivo.
Dos décadas después, la transformación tecnológica obliga a la Unión Europea a plantearse nuevos cambios para no quedarse atrás. Precisamente por ello, desde hace unos meses se está trabajando en el proyecto de euro digital.
De las criptomonedas al euro digital
En 1980, en un momento en el que eran muy pocos los que tenían un ordenador en casa, y muchos menos acceso a Internet, ya existía algo conocido como cibermoneda. Concepto que se acabó popularizando casi 30 años después, cuando nación el Bitcoin. Pero todavía tendrían que pasar algunos años más para que estas monedas digitales estuvieran en boca de todos.
Las criptomonedas tienen un valor económico y se utilizan a modo de dinero, con la particularidad de estar totalmente descentralizadas y no sujetas a ninguna autoridad gubernamental o económica. Esto es, precisamente, lo que las hace tan atractivas.
El auge del dinero digital hizo saltar hace ya unos años las alarmas en muchos países, que no han sabido muy bien qué hacer con este tipo de transacciones o cómo regular el uso de este dinero digital.
No existe un consenso internacional sobre cómo regular las criptodivisas, pero sí hay un notable interés en subirse a la ola del dinero digital para aprovechar sus beneficios.
Las autoridades son conscientes de que la tecnología está cambiando los hábitos de los consumidores, que cada vez utilizan menos dinero en efectivo. Es precisamente en este escenario en el que los Estados están realizando estudios para evaluar la posibilidad de tener su propio token.
A nivel nacional, el Banco de España tiene en marcha un programa piloto para ampliar el conocimiento sobre las monedas digitales y las posibilidades que estas pueden ofrecer, incluso a la hora de realizar operaciones interbancarias.
En el caso de Europa, se está trabajando ya en un proyecto de euro digital.
¿Qué es el euro digital?
No sería una criptomoneda en sentido estricto, sino una versión digital de los billetes y monedas de euro físicos. Cuando esté totalmente implantado, cualquier comerciante deberá aceptar el pago con euros digitales, exactamente de la misma manera que lo haría con los billetes o las monedas de uso corriente.
Su principal diferencia con las criptomonedas es que este dinero está respaldado por el Banco Central Europeo (BCE), lo que garantiza su estabilidad.
El objetivo que se persigue es dar respuesta a la creciente demanda de pagos electrónicos que sean seguros. Además, desde el BCE consideran que el euro digital reforzaría la soberanía monetaria dentro de la zona euro y que podría fomentar la competencia y la eficiencia en el sector de los pagos.
En ningún caso se prevé que el euro digital sustituya a las monedas y billetes físicos, la idea es que ambos convivan y que tengan el mismo tratamiento.
Sin una fecha concreta para su implantación
La existencia de una moneda digital en el seno de la Unión Europea suscita muchas dudas entre los ciudadanos, las empresas, y las autoridades. Precisamente por ello, el proyecto se está abordando de forma exhaustiva.
La fase de investigación se inició en octubre de 2021 y no finalizará hasta finales de este año. Los estudios actuales se centran en cómo funcionaría esta nueva moneda y en cómo los intermediarios financieros podrían ofrecer servicios basados en la misma.
Finalizado este estudio y analizadas sus conclusiones, el BCE decidirá si continúa o no avanzando hacia una nueva fase que se centraría en el desarrollo de servicios integrados y en pruebas reales. Esta podría extenderse durante unos tres años más.
Si finalmente se pone en marcha el proyecto de euro digital, habrá que realizar una importante campaña de información a los ciudadanos de la UE, lo cual retrasará todavía más las cosas.
Por otro lado, junto al desarrollo técnico se está llevando a cabo a el desarrollo legal. Hace tres meses, en junio de 2023, la Comisión Europea presentó un proyecto de propuesta legislativa para el euro digital.
El objetivo es que los procesos de diseño y legislativo avancen en paralelo para qué, si finalmente se decide poner en marcha esta moneda digital, se pueda hacer lo más rápido posible.
Desde las instituciones europeas no se han marcado un plazo concreto para poner en marcha el euro digital, pero analizando los calendarios de trabajo, es previsible que la nueva moneda no esté disponible hasta cerca de 2030. Además, existe el riesgo de que finalmente no se dé luz verde al proyecto.
¿Por qué necesita Europa un euro digital?
Lo que se persigue con esta moneda es mejorar la seguridad de las transacciones, facilitar los pagos online y offline, y reforzar la autonomía estratégica y la soberanía monetaria de Europa.
El euro digital supone poner en manos de los ciudadanos europeos algo que ahora mismo no existe: un medio de pago digital que será aceptado en toda la zona euro en las transacciones en tiendas, a través de Internet, y entre particulares. Con un uso muy sencillo y que garantice el acceso al conjunto de la población. Además, está previsto que su uso básico resulte totalmente gratuito y no se cobre nada por las transacciones llevadas a cabo con euros digitales.
El euro digital funcionaría como complemento al dinero en efectivo, que se podrá seguir usando exactamente como ahora, igual que ocurriría con los medios de pago electrónicos privados.
El auge de las criptomonedas y el notable desarrollo de los pagos digitales ha llevado a las autoridades monetarias más importantes a nivel mundial a avanzar en el análisis del desarrollo y posible implantación de monedas digitales soberanas, por lo que el proyecto de la Unión Europa no será el último de este tipo que se lleve a cabo a nivel internacional.