La noche del viernes 8 de septiembre, un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el centro de Marruecos, causando una gran devastación tanto en Marrakech, uno de los grandes centros económicos del país, como en poblaciones más rurales.
Se han contabilizado más de 2.000 muertos, y hay poblaciones que han desaparecido prácticamente enteras. Junto al daño humano, imposible de reparar, se han producido unos daños económicos que podrían afectar al país a largo plazo.
Adiós a una de las principales fuentes de ingresos de Marruecos
El turismo se ha convertido en uno de los sectores económicos más desarrollados en el país. En las dos últimas décadas, se han estado haciendo importantes inversiones en ciudades como Marrakech para atraer a turistas de todo el mundo, objetivo que se estaba cumpliendo.
Según los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), los ingresos marroquíes por turismo han crecido un 52% en comparación interanual, tan solo en los tres primeros meses del año. A finales de marzo, Marruecos ingresaba algo más de 2.400 millones de dólares procedentes de la actividad turística.
El sector es, cada vez más, una importante fuente de empleo en el país, dando trabajo a más de medio millón de personas.
Pero la devastación causada por el terremoto ha cambiado rápidamente las cosas. Los turistas han huido del país y aquellos que tenían pensado viajar en las próximas semanas o meses han cancelado su visita, lo que puede afectar gravemente al PIB de Marruecos.
En pleno proceso de transformación
El país vecino se encuentra en pleno proceso de transformación de su economía, avanzando hacia un sector industrial y un sector primario más acordes a la era actual.
En este momento de cambio, Marruecos ha apostado fuerte por el turismo, que ya supone un 11% de su PIB, aunque su incidencia en el nivel de empleo se mantiene en torno a un 5%.
Para reforzar esos planes de modernización de la economía a diferentes niveles, no ha dudado en buscar socios a nivel internacional. Siendo España uno de los principales inversores.
Aunque la relación política entre España y Marruecos no siempre ha sido fácil, la relación económica y comercial ha sido prolífica a lo largo de los años.
Por parte de las empresas españolas existe un gran interés inversor en los proyectos marroquíes, muy especialmente en aquellos que están relacionados con el turismo. De hecho, España es un de los principales proveedores del sector turístico de Marruecos. Además, una buena parte de los turistas que visitan Marrakech y otras ciudades importantes proceden de España.
Como principal proveedor y cliente del país en diferentes ámbitos comerciales, España podría verse también afectada por las consecuencias del terremoto.
Una recuperación lenta
Hace unas semanas el gobierno marroquí rebajó sus expectativas de crecimiento para 2023 medio punto, hasta situarlas en un 3,4%.
A nivel internacional, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) previó el pasado año una tasa de crecimiento del 3,1% para la economía marroquí. El Banco Mundial dio unas previsiones bastante similares, con un crecimiento esperado del PIB del 3,1% para 2023 y del 3,4% para 2024.
Ahora, el terremoto se ha convertido en otro obstáculo más a superar para conseguir la reactivación económica. En sectores como el turístico, la normalidad podría tardar meses en llegar.
La agricultura, que aporta un 14% del PIB y genera un 40% de los empleos en todo el país, se vislumbra de nuevo como una de las principales fuentes de ingresos a través de las exportaciones, especialmente a la Unión Europea.