La deuda pública española, la cantidad que el Estado adeuda por el total de los préstamos acumulados a través de sus diferentes Administraciones y organismos, descendió el pasado mes de julio un 0,7% en comparación con los datos de junio. A pesar de ello, la cifra total se mantiene entre las más altas dentro de la serie histórica.
Al finalizar julio la deuda pública se situaba en 1,558 billones de euros. En comparación interanual, el crecimiento ha sido de un 4,8%, un total de 71.486 millones de euros. Fenómeno que se explica por la bajada de ingresos y el incremento del gasto a raíz de las medidas adoptadas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y a los efectos de la guerra en Ucrania.
En referencia al PIB, el Programa de Estabilidad vaticinaba una previsión de deuda equivalente al 111,9% del PIB en este 2023. Pero según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se va a conseguir bajar este año del 110%.
El endeudamiento de la Seguridad Social
Uno de los datos reseñables recogidos en un informe del Banco de España, destaca que la deuda de la Seguridad Social se ha mantenido más o menos estable mientras el volumen general de deuda pública descendía.
En julio la Seguridad Social debía 106.169 millones de euros, lo que son cinco millones de euros menos que en junio. Sin embargo, en comparación interanual, la deuda de esta Administración ha crecido un 7%.
Para el Banco de España, este incremento se debe a los créditos que el Estado ha concedido a la Tesorería General de la Seguridad Social para que esta pudiera hacer frente a su desequilibrio presupuestario.
En el caso de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, que son otras de las Administraciones con mayor nivel de deuda, en ambos casos se apreciaron bajadas en julio, pero en comparación interanual su deuda es ahora más elevada que hace un año.
Evolución de la deuda pública en las dos últimas décadas
Tras la crisis del coronavirus, la deuda pública ha estado descendiendo de forma paulatina, aunque se mantiene todavía en niveles muy altos.
Un fenómeno que ya se ha repetido con anterioridad, puesto que en los últimos 20 años la situación de la deuda pública española se ha visto afectada por importantes acontecimientos.
Primero fue la crisis económica de 2008, que se extendió durante varios años. En 2007, el peso de la deuda pública con respecto al PIB era de un 35,8%, pero para 2013 ya había superado la barrera del 100%.
Del 2013 al 2017 la evolución de la deuda pública sobre el PIB se mantuvo bastante estable, pero siempre por encima del 100. No fue hasta 2017 cuando se empezaron a notar bajadas significativas.
Durante el período de 2017 a 2019 la deuda pública bajó y llegó tener un peso inferior al 100% sobre el Producto Interior Bruto. Pero la situación cambió de nuevo con la pandemia.
El gasto extra que tuvo que hacer el Estado para solventar las consecuencias económicas que las medidas de confinamiento podían llegar a tener, disparó de nuevo la deuda pública y la hizo llegar en 2020 a su máximo histórico: 120,4%.
Desde que se levantaron definitivamente todas las medidas restrictivas, el nivel de endeudamiento ha descendido ligeramente. No ha podido hacerlo más rápido porque han surgido otras crisis como la de la subida de precios y la guerra en Ucrania.
La deuda pública española ha bajado ligeramente desde 2021 y se preveía que en 2024 estuviera ya por debajo del 110% con respecto al PIB. Objetivo que, según los datos del INE, se va a conseguir un poco antes de lo previsto, este mismo año.