La subida de los precios de los combustibles ha sido algo habitual en las últimas semanas. Desde el comienzo del verano los precios han subido un 28%.
Grandes productores como Arabia Saudí y Rusia están reduciendo su producción, provocando con ello un incremento de los precios. De hecho, Arabia Saudí ha confirmado que hará un nuevo recorte en su producción durante el último trimestre del año, medida que forma parte de la estrategia del país para dejar de depender económicamente de este recurso.
Los especialistas no prevén que la situación vaya a mejorar en los próximos meses, más bien lo contrario. El precio del barril de Brent continuará subiendo, lo que impactará directamente en lo que cuesta llenar el depósito de cualquier vehículo.
Para los analistas, antes de que llegue el final del año, podría verse un precio por barril que supere los 100 dólares.
Un lastre para la economía
Mike Wirth, CEO de Chevron, ha concedido una entrevista a Bloomberg TV en la que se ha pronunciado sobre este tema. Para el experto, la reducción de la oferta, sumada a la reducción de los inventarios, llevan a una inevitable subida del barril de Brent.
Para el CEO, que el petróleo esté a 100 dólares el barril supondrá un importante lastre para las economías mundiales.
El precio del combustible se tiene en cuenta a la hora de calcular el nivel de inflación que tiene una economía. Si los combustibles suben, la inflación también lo hará.
No solo repostar será más caro, sino que esto podría dar lugar a un nuevo incremento del precio de los alimentos, porque los costes de producción volverán a subir.
Morgan Stanley advierte de los efectos en la economía europea
Tras varios meses de moderación, la inflación en la eurozona volvió a subir durante el mes de agosto. Subida que se debe, fundamentalmente, a un crecimiento fuerte y rápido de los precios del petróleo, que ha hecho incrementar el precio de los carburantes.
El descenso de la inflación energética ha tenido un peso considerable en los últimos meses en la caída de la inflación, situación que ahora podría revertirse.
Desde Morgan Stanley destacan que la subida de los precios del petróleo es algo que despierta preocupación, porque podría tener un impacto significativo en la economía europea, impulsando de nuevo la inflación hacia arriba.
No obstante, estos efectos podrían tardar varios trimestres en hacerse patentes. Porque, por el momento, la caída de la inflación energética de los últimos meses absorbería el impacto de la subida.
Los países más afectados
Los países más afectados por esta situación serán aquellos que más importaciones de petróleo llevan a cabo.
Destaca el caso de Japón, que recibe de los miembros de la OPEP (los que han reducido su producción) entre el 80% y el 90% del crudo que importa. Combustibles fósiles que, además, se destinan en gran parte al consumo eléctrico.
La subida del barril de Brent por encima de los 100 dólares tampoco se lo pondría fácil a China y Europa.
En el caso de las economías emergentes, hay algunas como Argentina, Turquía y Sudáfrica que dependen totalmente de las importaciones de crudo y sus divisas no son lo suficientemente fuertes como para hacer frente a un encarecimiento del petróleo.
Los precios altos se mantendrán
El barril de Brent ha registrado ya precios por encima de los 93 dólares en las últimas semanas, de ahí que un precio superior a los 100 dólares se vea como algo plausible.
Los expertos avisan de que, aunque las previsiones no lleguen a cumplirse y el precio no supere la barrera de los 100 dólares, los precios no bajarán demasiado en los próximos meses. Manteniéndose en torno a los 80-90 dólares por barril.