La dinámica en la manera en la que los españoles realizan sus pagos continúa en un constante proceso de evolución, aunque con ritmos dispares entre las distintas modalidades. Así lo refleja el reciente estudio titulado «Estudio sobre hábitos en el uso del efectivo 2023» revelado por el Banco de España.
Si bien los medios de pago tradicionales siguen dominando el escenario, con el efectivo a la cabeza siendo utilizado por un 65% de la población en compras diarias en tiendas físicas, las tarjetas no se quedan atrás y son el medio preferido por un 32% de los españoles. Sorprendentemente, las transacciones a través de dispositivos móviles van ganando terreno. Si bien en 2022 este medio representaba un 7% del total de pagos, este año ese número se ha elevado al 10%.
Diversos factores influyen en estas elecciones. De manera destacada, la edad y el nivel educativo se alzan como los principales determinantes en el uso de estas modalidades. La población mayor de 54 años sigue mostrando predilección por el dinero en metálico. Por otro lado, quienes oscilan entre los 25 y 44 años parecen decantarse por las tarjetas. No obstante, es la generación más joven la que está impulsando el auge de los pagos móviles.
En cuanto a la educación, se observa que aquellos con formación básica son quienes recurren en mayor medida al efectivo. En contraste, aquellos con educación media y superior optan mayoritariamente por tarjetas y dispositivos móviles, respectivamente.
Los motivos detrás de estas decisiones son variados. Para muchos, la elección del efectivo radica en su comodidad, el hábito arraigado y un mejor control sobre los gastos. Mientras que para quienes prefieren tarjetas y pagos móviles, la comodidad y la rapidez son sus principales alicientes.
Mirando hacia el futuro próximo, la percepción generalizada es que el uso del efectivo mantendrá su prevalencia. Dos de cada tres personas entrevistadas consideran que continuarán utilizando el efectivo de manera similar al próximo año. Sin embargo, es importante señalar que el 39% de los individuos menores de 35 años anticipan una reducción en su uso. En contraposición, solo el 16% de aquellos mayores de 64 años comparte esa perspectiva.
El pequeño comercio y la hostelería siguen siendo bastiones del efectivo, con una aceptación casi universal. Las tarjetas y los pagos móviles son admitidos en el 89% y 78% de estos establecimientos, respectivamente.
Respecto al acceso al efectivo, los cajeros automáticos siguen siendo la principal fuente para tres cuartos de la población. Pese a que hay una percepción de que los puntos de retirada están ligeramente más distantes que en 2022, la realidad es que 8 de cada 10 españoles tienen un acceso a menos de un kilómetro de distancia. En relación a alternativas emergentes como el servicio de Correos Cash o el cash-in-shop, aún están en proceso de consolidación y no son ampliamente reconocidos.
Finalmente, el euro digital, una innovación financiera de gran relevancia, todavía no ha logrado penetrar en la conciencia colectiva, aunque su conocimiento ha incrementado levemente, situándose en el 20% en comparación con el 17% del año anterior.
El Banco de España, con este segundo estudio, refuerza su compromiso de entender y analizar las tendencias de pagos en España, proporcionando datos y perspectivas valiosas sobre un sector en constante cambio.