En julio de 2022, el Banco Central Europeo (BCE) inició una estrategia de subida de los tipos de interés para intentar poner freno a una inflación que crecía de modo imparable en toda Europa.
Desde entonces, el máximo organismo bancario europeo ha aplicado 10 subidas del precio oficial del dinero. La última, llevada a cabo el pasado mes de septiembre, situó los tipos en un 4,5%.
Tras la última reunión del BCE, su presidenta ha confirmado la intención de aplicar una pausa a esta medida para poder evaluar si se está avanzando hacia los objetivos previstos.
Un anuncio oficial
Cuando el pasado mes de septiembre el Banco Central Europeo aplicaba una nueva subida de los tipos de interés, muchos expertos vieron en las palabras de su presidenta la intención de que dicho incremento fuera el último.
Sin embargo, el organismo no había confirmado nada a nivel público. Ha tenido que pasar otro mes más para qué, esta vez sí, se confirme oficialmente que las subidas quedan paralizadas de forma temporal.
El temor a la recesión
El comportamiento de la inflación en Europa sigue sin ajustarse a los parámetros deseados, especialmente la inflación subyacente.
Aunque se han notado ligeras moderaciones en los últimos meses, tras la vuelta del verano la inflación está repuntando rápidamente incluso entre los países en los que estaba en niveles más bajos, como ha ocurrido en España.
Con menos poder adquisitivo por parte de los hogares, y más dificultad de las empresas para acceder a la financiación por lo cara que resulta esta ahora mismo, el crecimiento económico se está ralentizando.
El «fantasma» de la recesión sobrevuela Europa y el BCE ha querido no tensar más la situación subiendo más los tipos de interés.
Hasta ahora, la actividad económica en Europa ha estado respaldada por la fuerza del mercado laboral, pero también empiezan a notarse una cierta debilidad en el mismo. Por su parte, la empresas no se muestran demasiado optimistas sobre su crecimiento de cara a 2024.
Las subidas de tipos de interés tardan unos meses en mostrar sus efectos, y es ahora cuando empiezan a verse ciertos resultados. Prueba de ello es que durante el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto (PIB) creció en la eurozona solo un 0,1%, dos décimas por debajo de lo estimado.
Otra de las consecuencias del alza de los tipos de interés es que el euríbor continúa creciendo, situándose en septiembre en 4,149%, muy cerca del récord registrado en noviembre de 2008.
Hay que dar tiempo a las medidas
Desde el BCE se ha señalado que es necesario dejar que las medidas antiinflación operen durante un tiempo para poder evaluar si son realmente útiles.
Dirigentes del organismo ya han manifestado en más de una ocasión que, para lograr alcanzar el objetivo de una inflación subyacente en torno al 2%, los tipos de interés tendrán que mantenerse elevados durante bastante tiempo.
Según los expertos, es posible que hasta el segundo semestre de 2024 no se empiecen a ver ajustes a la baja.
En el caso de Estados Unidos, la Reserva Federal también ha paralizado la subida de tipos de interés, manteniéndolos congelados entre un 5,25% y un 5,5%.
Un momento de incertidumbre
La actuación del BCE entra dentro de lo que los economistas habían vaticinado hace ya unos meses, pero el escenario actual es todavía más incierto desde el comienzo de la guerra entre Israel y Gaza.
La subida de los precios del petróleo y del gas natural provoca nuevos aumentos de la inflación, que es justo lo que se trata de evitar con la subida de los tipos de interés.
Si la situación en Oriente Medio se complica, el BCE podría incrementar de nuevo los tipos.