En el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), se ha revelado que diciembre experimentó un incremento en los precios de un 3,1%, marcando una ligera disminución en comparación con el 3,2% registrado en noviembre.
Este cambio se debe principalmente a la estabilidad observada en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, así como a un aumento menos pronunciado en el costo de la electricidad en comparación con diciembre del año anterior. Por otro lado, aunque los precios de los carburantes han disminuido, esta caída es menos acentuada que la del año pasado.
Un aspecto destacado del informe es la reducción de la tasa anual de la inflación subyacente, que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos, descendiendo siete décimas hasta el 3,8%. Esta cifra representa la tasa más baja desde marzo del año anterior.
El año comenzó con una tasa de inflación del 5,9% en enero, alcanzando el 6% en febrero, para luego moderarse al 3,3% en marzo y aumentar nuevamente en abril al 4,1%. Mayo vio una disminución al 3,2%, y durante los meses de verano, la tasa se mantuvo por debajo del 3%, con junio registrando la tasa más baja del año (1,9%).
A finales de año, los precios mostraron una tendencia a suavizar sus incrementos, con un 3,5% en septiembre y octubre, y finalizando con un 3,2% en noviembre y un 3,1% preliminar para diciembre. El INE no ha proporcionado detalles adicionales sobre la evolución por componentes en esta cifra preliminar.
En lo que respecta al Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), la tasa anual se mantuvo estable en el 3,3%, igual que el mes anterior, y no hubo variaciones mensuales en los precios (0,0%).
El Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado que las medidas implementadas por el Gobierno han contribuido a una tendencia descendente tanto en la inflación general como en la subyacente. Esto ha permitido un aumento en el poder adquisitivo de los salarios y una mayor competitividad para las empresas españolas, a pesar del desafiante contexto internacional.